sábado, diciembre 24

Navidad

Después de respirar el espíritu navideño en el súper con guerra de carritos en los pasillos, rebatinga de botellas y la mirada de una señora que me deseaba muy amablemente que mi cena de Navidad fueran mis propias vísceras, acabo de mandar a la porra a un taxista que quería pagar su fin de año completo a costa de mi bolsillo. Ya está el pavo casi listo en el horno, las salsas de naranja y chabacano debidamente empacadas y nos aprestamos a pasar esta cena de Navidad con la familia en pleno desierto hidalguense, bajo un cielo que es verdadero muestrario de diamantes y donde el frío recuerda gratamente la temperatura de un quirófano universal.
Con todo, la cena promete y la borrachera no será maratónica pues los sobrinos andan de viaje. Todavía no sé qué demonios hace una familia de ateos organizando cenas de Navidad, pero como en nuestra infancia, son buenas fechas para reunirnos y conversar largamente.
Felicidades, pues, a todos los festejosos; que la embriaguez sea fecunda y la cruda serena.

miércoles, diciembre 21

No fue suficiente el testimonio del valle
las poderosas construcciones
la aprehensión -poderosa también- del conocimiento.

Los dioses eran ellos

Teotihuacan, 2005.

martes, diciembre 20

Hoy ví una mariposa
de alas azules y rosa opalescente
caminar con trabajo
sobre altos tacones
las botas enrrolladas en los tobillos.

No supe si lloraba o reía.

Mujer mariposa:
pronto encontrarás placer
en el bamboleo de tus zancos.
Eso te hará más llevadera
la nostalgia de las alas.

lunes, diciembre 19

Silba una locomotora a lo lejos.
Parece ir cantando la historia de una especie en extinción:

¡Ahí viene el tren, niñas!
¡Contemos los vagones!
Ese es de carga, ese de pasajeros,
ahí va el correo...
Treinta y nueve... cuarenta...
Ese amarillo del final es el cabúz.

Silba a lo lejos
y a lo lejos se ve su cuerpo serpentino
traquetear
en la nostalgia.

El texto lunático

Aquí

boton

viernes, diciembre 16

Acercamiento I

Dicen que los árboles perdieron la memoria;
por eso sus hojas palidecen,
se sonrojan,
caen:

senderos alfombrados de recuerdos.

martes, diciembre 13

Redondillas

¿De dónde viene esta ausencia,
este vacío persistente,
del corazón y la mente
esta rara inapetencia?

¿Es de los astros confluencia
que solo el alma presiente?
¿De algún afán indigente
es la incierta consecuencia?

La duda tiene su urgencia
pues el estado, silente,
empieza a ser coincidente
con el de mala conciencia.

Además que la evidencia
me muestra un vicio incipiente:
la propensión consistente
de hallar dulce la sufrencia.

(Digo, a riesgo que la ciencia
me catalogue demente
o que alguno, gravemente,
me adscriba a la decadencia)

lunes, diciembre 12

Los textos lunáticos

Campaña de lectura:

Agolpado en la peña de cristales
de la retina, el torrente de imágenes
transpira sus humores clandestinos
y de plúmbeo sopor preña los párpados:
es limaje de sosiego anterior
al frenesí de la clarividencia.

El Tigre Famélico

* * *

A partir de este lunes, en el botón como éste ubicado en los enlaces de la izquierda:

Lucrecio.- Poeta

Sabía que las lágrimas vienen de un movimiento particular de pequeñas glándulas que están bajo los párpados, y que son agitadas por una procesión de átomos salida del corazón, cuando el mismo corazón ha sido herido por la sucesión de imágenes coloreadas que se desprenden de la superficie del cuerpo de una mujer amada. Sabía que el amor es causado por la dilatación de los átomos que desean unirse a otros átomos. Sabía que la tristeza originada por la muerte es la peor de las ilusiones terrestres, porque el que muere cesa de ser desgraciado y de sufrir, mientras que el que lo llora se aflige con sus propios males y piensa tenebrosamente en su propia muerte. Sabía que no queda de nosotros ningún doble simulacro para derramar lágrimas sobre su propio cadáver extendido a sus pies. Pero conociendo con exactitud la tristeza y el amor y la muerte, y sabiendo que son imágenes vanas cuando se las contempla desde el espacio tranquilo en el que es necesario encerrarse, continuó llorando, y deseando el amor, y temiendo la muerte.

Marcel Schwob
Vidas imaginarias

jueves, diciembre 8

La voz

Quién canta ahí cuando toda voz se calla? ¿Quién canta
con esta voz sorda y pura un canto tan bello?
¿Será fuera de la ciudad, en Robinson, en un
jardín cubierto de nieve? ¿O es ahí, muy cerca,
alguien que no sospechaba que se le escuchase?
No nos impacientemos por saberlo,
pues no de otro modo precede al día
el pájaro invisible. Tan sólo permanezcamos
en silencio. Una voz sube, y como un viento de marzo
restituye su fuerza a los bosques cansados, nos llega
sin lágrimas, más bien sonriendo ante la muerte.
¿Quién cantaba ahí cuando se apagó nuestra lámpara?
Nadie lo sabe. Pero sólo puede oír el corazón
que no busca posesión ni victoria.

Philippe Jacottet

* * *
Excelente selección de textos y autores en Noctambulario

miércoles, diciembre 7

Hoy me hago pasar por... (el juego: el final)

Sacar de mi cabeza las ganas de quedarme en la cama. Las ganas de un café que sepa a algo y no a vacío. Sacar de mi cabeza esta sensación de caminar por un plano horizontal, plano. Sacarme las ganas de estirarme en una cama de nubes, inmensa. Ya me harté de sentirme ciega del alma, de vivir para trabajar. Hoy no voy a abrir los ojos cuando suene el despertardor, ni para pedir cinco minutos más. Voy mandar el curro al carajo,... Pensando esto casi me dan ganas de sonreir. El poco aire que me queda en los pulmones bastará. Ya sonó el despertador. Mañana tal vez, como ayer... cerrar los ojos de nuevo, sin prisa.

lunes, diciembre 5

Equilibrista

El estómago en vilo
sobre una cuerda construida con palabras
—por eso me gustan más las escritas—
a no se qué distancia del suelo.

No importa.

No hay peligro en el asombro
—me parece—
de escribir maullido y salir volando
o en vestirme los tús aún cuando me queden grandes
o tengan bigote.

Me gustaría recorrer: "antenoche te seguí en silencio"
—aunque no sea cierto—
un vocablo y luego el otro
para no sostenerme de la nada.

No sé cómo a veces se anda flotando
sobre pies de plomo
—o mercuriales—
ni sé si en el extremo habrá un papalote
o una ventana cerrada.

No importa.

Si encuentro la palabra final
descenderé de lo que es
este hilo
y ya
sin máscaras ni pasadizos
no me sentiré
de pie sobre sus letras
soñada.

El Texto lunático

Declina la tarde en el Centro, advierto una tropa ceremonial uniformada de verde que con el estruendo de tambores marciales y trompetas arrean la bandera con su águila sideral devorándose a la serpiente agrícola. La personas, hombro con hombro forman una hilera rectangular. Traza con el aire la mirada sus perspectivas.

La esfera solar es devorada por las fauces almenadas de la arquitectura virreinal. ¿Cuál es la ceremonia que se solemniza?

Entra más tarde la noche. Ahora el frontispico cuajado de piedra púrpura ofrece destellos de reflectores. En sus recintos burocratizados hay diminutos focos de luz amarilla. ¿Prodigios de la electricidad, o es el cintilar de los nutrientes asimilados, pues la arquitectura voraz se tragó a la fiera sideral de onerosa cabellera dorada?

El Tigre Famélico.

domingo, diciembre 4

Hoy me hago pasar por... (el juego)


Countdown

Ya estoy contando los días, los últimos días de esta insípida rutina. Parece mentira que me esté costando tanto, pero ya casi se acaba. Contar hasta diez, respirar. Y luego, nuevos proyectos, nueva vida. Tal vez tiempo para reflexionar en mi existencia. Pero por ahora no hay más que esto:


“El momento más oscuro de la noche es el que precede al amanecer”