miércoles, junio 23

Y ya he completado la obra, que ni la cólera de Júpiter ni el fuego ni el hierro ni el voraz tiempo podrá destruir. Que cuando quiera aquel día, que no tiene ningún derecho a no ser sobre este cuerpo, ponga fin al transcurso de mi insegura vida: sin embargo, en la mejor parte de mí seré llevado eterno por encima de los elevados astros, y mi nombre será imborrable y, por donde se extiende el poderío romano sobre las domeñadas tierras, seré leído por la boca del pueblo, y a lo largo de todos los siglos, gracias a la fama, si algo de verdad tienen los vaticinios de los poetas, VIVIRÉ.

Ovidio, Metamorfosis, traducción de Consuelo Álvarez y Rosa Ma. Iglesias, Cátedra.

domingo, junio 13

Viernes de Chicas del Blues, en el Ruta 61

Ya habíamos estado ahí, el sábado pasado. Ya habíamos escuchado a Vieja Estación, en una noche que dinamitó la Condesa y cuyas estrellas brillarían en el Iberoamerica Blues Fest el día después. Este viernes estuvo la Vieja Estación acompañando a José Luis Pardo, buen guitarrista, joven y guapo, que convocó a las Chicas del Blues en el Ruta. Es bueno, en serio, uno se da cuenta de que lo que hace es dificilísimo de hacer... pero no mueve, no emociona, no... no. Lo bueno es que ahí estaba Vieja Estación, y también un músico de El Tri y un armonicista muy bueno y con un gran sentido del humor, que se subieron al escenario a echarse sendos palomazos. Ahí comenzó el incendio en serio, con el diálogo entre la armónica y la guitarra de Tommy, y luego la armónica como slide, y luego como slide un vaso, después una cerveza templó las cuerdas... Incendio, en serio: la gente se paró a bailar, el alcohol se sublimó en las venas. Vieja Estación conmueve con música de la mejor, interpretada de la mejor manera: con pasión. Y el Ruta abre también gustoso su puertas a los amantes del rock y a las Chicas del Blues.