Real de Catorce me enseñó el blues, me lo fue cosiendo despacito sin que yo supiera que era blues, con una voz potente y un sonido que igual me sabía a Missisipi que a Viaducto Piedad. Nada más sabía de esa banda a la que intenté seguir por los foros alternativos de la ciudad, durante años, con mucha mala suerte o sin tiempo o sin dinero. Hasta que literalmente me cayó del cibercielo la invitación a un concierto en el Teatro de la Ciudad, en solidaridad con José Cruz, creador de Real de Catorce, que enfrenta una batalla contra la esclerosis múltiple y con sus antiguos compañeros de proyecto. Viejo Teatro de la Ciudad, con su vieja belleza, lleno de viejos seguidores de esta banda, viejos y borrachos algunos, con tres divas también un poco viejas, pero divas todavía: Nina Galindo con más onda que voz, Eugenia León que llenó el teatro con la música de su alma, Betsy Pecanins entrañable y bluserísima; cada diva con sus músicos, viejos algunos también y otros jóvenes de vieja música, magistrales. Y luego él, la voz que acompañaba en mi cabeza el nombre de Real de Catorce, añorado y presente ahí, cerquita, atrapado entre su sombrero y su banco, atrapada entre sus costillas la voz, dirigiendo a sus músicos y conmovido con los gritos, ebrios y solidarios. Antes que la armónica se pegó a la boca un respirador; el jalón raspó en el micrófono y arrancó un "Móchate" de los palcos. "Nel, es para mi solito", contestó José con buen humor. "Esa es mi raza, esta es mi raza", decía. Y cantó y cantó y la gente coreaba, coreábamos, conmovidos (¿hablo por todos?) también. "Sostente de pie" fue la última rola, que cantaron a coro José, su hija y Nina Galindo y que terminó en aguacero de aplausos, de pie, con reconocimiento, con solidaridad, algunos puños en alto, los ojos húmedos (¿hablo por todos?). ¿Qué se dice después de un concierto como éste? ¿Qué, después de encontrarse con un viejo sueño, con una vieja voz? Canta José, sigue cantando...
Dame de esa ración
ven y acuéstate aquí
a la deriva
de los mares del azul matinal
2 comentarios:
Aunque no conozca a estos intérpretes, la emoción me llega a travez de tu relato. Abrazos.
Gracias, Fgiucich. Fue realmente emocionador. Abrazos.
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