Vino y se fue. Un año extraño, partido en dos. Un cuento se murió; creció, alto, un frijol, y de la altura se desprendieron cuentos nuevos. Ese año me alcanzó la muerte y me rebasó; ese año conocí mi altura y la muesca duele en el umbral todavía; ese año inició a rastras y terminó corriendo para irse a bailar. Ese año me murió al inicio y me murió un poco al final, y es que, dice Alicia, viajar siempre es morir un poco.
Este año nace nuevito pero, a diferencia del anterior, no es una hoja en blanco. Hay cuatro bocetos y un gato; mucha ternura (gracias, Erick); un hijo que ahora sí es él mismo, donde quiera que ande; ya no gimen las entrañas y, en cambio, el músculo escuece, y la carne. No hay propósitos, pero sí muchas cosas por hacer y la semilla de otras que quién sabe qué serán.
Bienvenido, año, bienvenido. Felicidad para todos.
6 comentarios:
Qué bueno es empezar el año con esperanzas y proyectos!!! Abrazos .
Cuentas y recuentos, anécdotas y un sentimiento que no puede describrise... Es el de la vida pasando. Un beso, feliz año.
Un abrazo amiga
Año nuevo todo nuevo, segun dicen, hay que mantener viva esa iluciòn.
si señor, las ganas de continuar avanzando por este mundo...
au revoir.
Es bueno ya de por sí empezar el año. Un abrazo, Fgiucich.
Eso que está pasando y que resulta ser la vida. Feliz año para tí también, Furtiva.
Habrá que recibirlo con una fabada y vino y charla ¿no? Abrazos, Kartak.
Ilusiones nuevas, también, por qué no. Gracias por su visita, Sergio.
este año estuviste siempre cuando lo necesitaba :')
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