Uno se construye grandes historias, esa es la verdad, y puede seguir creyéndoselas durante años, no importa lo absurdas que sean, ni lo inverosímiles, te las llevas contigo y basta. Se es hasta feliz con cosas así. Feliz. Y podría no acabar nunca. Luego, un día, sucede que se rompe algo en el corazón del gran artefacto fantástico, zas, sin razón alguna, se rompe de repente y tú te quedas ahí, sin comprender cómo es que toda aquella fabulosa historia ya no la llevas encima, sino delante, como si fuera la locura de otro y ese otro fueras tú. Zas. A veces, basta con nada. Incluso una sola pregunta que aflore. Basta con eso.
Alessandro Baricco
2 comentarios:
efectivamente, ZAZ¡¡¡
si si si, yo tengo un par (sólo un par?) de historias que únicamente creo yo....espero nada se rompa y que nunca aparezca el ZAZ¡¡¿
Las mejores historias, se me hace, son las que tiene uno para sí, solito. Así puedes revivir al que mataste con lujo de violencia la última noche de insomnio. Para uno solito, las mejores, pero ¡ah, bendita costumbre de andar invitando más gente a las historias!
:D
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