Soy yo
empeñada en mirar milimétricamente
la imperfección de la banqueta
la impureza del paso
y adelante la bruma espesa de Nohayallá.
Soy yo a quien le duele pisar el suelo
y escuece el aire del mar que me rodea
y la noche enciende toda mi oscuridad.
Suelo, mar y noche vestirán de luz en el recuerdo.
Soy yo la que elige siempre entre el dolor y la nada
en esta miscelánea de opciones,
la que quiere incandescer un segundo solo
ser
morir, despertar, lamerse las heridas
entender
aprender el estar siendo
y luego al fuego blanco otra vez
Soy yo que intenté el salto mortal del abismo al abismo
porque el piso firme me asesina
me envenena la brujería irremediable del tiempo
que vuelve invisible aquello que se ve todos los días
y hace una mueca de toda plácida sonrisa
Soy yo
que siempre se escapó en las palabras
para no decir:
Soy yo.
Mi padre ha muerto otra vez
y su muerte implacable me amanecerá sola
huérfana como después de su primera muerte.
Pero esta vez sí voy a llorar.
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