Ponerlo todo en su lugar,
así sea con la lentitud con que me me fui cuando nos despedimos.
Aunque al principio llore todo el día;
inventaré un rito para imponerle un orden al dolor
con sus oleadas bicolores de rabia y de tristeza
porque decidiste no estar
porque te extraño tanto.
Un día me desharé de las cosas que me diste
no sé si con cuidado o en un arranque de ira
y será como haberte enterrado.
Estarás entre mis plantas, en el nombre de mi gato,
en la música con la que sonrío, mi música, ya sin plural,
irás siendo parte de mi forma de hacerlo todo,
incluso volver a enamorarme.
Ponerlo todo en su lugar será también pedir que no regreses,
y es que hay donde no cabe el olvido.
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