sábado, mayo 10

Se cocina lento, el adiós;
como al descuido,
como de espaldas.

Se incorporan dos o tres malos momentos
reposados,
algunas menudencias;
se condimenta con cualquier otra cosa.

Una vez listo,
se piensa en llamar al otro a la mesa;
pero empezamos a probarlo,
lo apuramos
a solas
a grandes cucharadas.

Servimos el último plato
frío y apuradamente,
y ya solo imaginamos el desconcierto
del otro comensal.


El adiós se cocina lento.
Debería prepararse al alimón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola!!!