lunes, mayo 3
Lunes por la mañana
Era un homenaje a un personaje destacado, oriundo de Puruán, Michoacán, hoy por la mañana, en la Rotonda de las Personas Ilustres. Me habían pedido asistir, así que consulté en el internet a quién y por qué se homenajearía. Mi ignorancia fue redimida: Ignacio González Guzmán es un biólogo, médico, investigador de principios de siglo, que hizo grandes contribuciones a la ciencia de su época, de nuestro país. Ya en el Panteón Civil, me enteré que también el hijo de don Ignacio hizo grandes descubrimientos, y que a él se debe uno de los tratamientos más efectivos contra la diabetes en nuestro país. Que tanto don Ignacio como su hijo fueron hombres de su tiempo, cercanos al ideal helenístico del desarrollo integral del ser humano, así que, además de hombres de ciencia, fueron también deportistas y cultivadores de las bellas artes. Todo esto me lo contó el nieto del homenajeado, Gabriel González, músico de jazz, mientras esperábamos el comienzo del evento entre las tumbas de Diego Rivera y de Amado Nervo (con su carpa de cristal azul). Ya luego nos asignaron lugares, y vino todo el resto: honores a la bandera, el presidium, las presentaciones, los discursos... Gabriel llevaba algo escrito, varias hojas, y lo ví escojer solamente unas cuantas. Me dio la impresión, como otras veces, de que el protocolo mata la emotividad. ¿Para eso estará pensado? Hicimos guardia de honor, cantamos el himno nacional, y ahí acabó el numerito. Me quedé un rato más escuchando a la banda de guerra de una secundaria y me quedé también con ganas de darme una vuelta entre tanto nombre ilustre y, además, tomar nota de todos los que faltan. Con esta tonada comienza la semana. Interesante.
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2 comentarios:
Algún día visitaré ese lugar para sentir el hálito de Nervo y los colores de don Diego.Abrazos.
Resulta un poco perturbador, Fgiucich, casi como si la historia le estuviera pasando lista a uno.
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