Consideré solo dos posibilidades:
1. La ropa que no me queda, y (sobre todo) 2. la ropa que aunque me quede no me volvería a poner.
Olvidé una tercera posibilidad muy posible... en realidad la más recurrente: La ropa que habría querido ponerme otra vez pero que ya no me queda.
4 comentarios:
Filosofía casera de primer nivel. Abrazos.
Yo con mi clóset me he peleado tanto, que cada vez que lo limpio uso un único criterio: la ropa que me pondría siempre. Quizás por eso tengo tan poca.
Besos.
Todo mundo tiene un muerto en el clóset, dicen por ahí :) Abrazos, Fgiucich.
Debo confesar mi envidia, Furtiva. No alcanzo todavía tamaña seguridad. Debo confesar más aún: la ropa que quito de los ganchos pasa a engrosar una maleta en el estante superior. Por favor, guárdame el secreto.
¡Shhhhh! Un abrazo fuerte.
Publicar un comentario