Cristo medía 1 mt. y 64 ctms. Y caminaba
por el Centro de Lima
eran las 3: 30 de la tarde
siempre eran las 3: 30 de la tarde.
Y él caminaba descalzo por Camaná
veredas quemadas por el sol
su piel ardía y era un extraño color para la temporada
pálido como colmillo de elefante.
Cristo vivía como nosotros
del paso del aire del tabaco
de una canción en la rockola
dormía en la Plaza Francia.
Y ahora cuando ya tengo su edad y me enfrento
todos los días contra la ceguera
creo verlo todavía sobre cartones durmiendo
con los ojos abiertos.
Cristo tomaba aguardiente
era huraño y cuando hablaba
hablaba solo quizás porque los romanos ya no usaban
escudos ni sandalias
y el emperador no era de Occidente
y nadie quería escucharlo
y nadie quería creer
y nadie era nadie para lanzar la primera piedra.
Cristo nunca escribió nada
fueron sus apóstoles los que me dijeron
que él era Cristo
pero yo no vi a ningún apóstol
Judas tal vez era el bodeguero
Pedro quizás vestido de verde caminaba también por el Centro
las cosas no parecen ser las mismas para nosotros
Y no porque era enero
Y yo estaba por cumplir los cinco años
a esta edad tengo más preguntas
y las pocas respuestas que poseo son mías:
Cristo medía 1 mt. y 64 ctms.
la cruz es Lima los judíos trabajan en los ministerios
el Emperador está en Palacio preparando su discurso...
Y Magdalena? Está en Magdalena?
(ella volvió al oficio y ahora es una próspera regente)
Cristo usaba barba
era flaco como John Lennon
y jamás entraba a las iglesias
no sé si porque tenía vergüenza de su pobreza
de su mugre o porque no lo dejaban entrar
o simplemente porque la calle era su casa
Un día lo vi comiendo de la basura
Y nunca más lo vi.
Miguel Ildefonso
Poema del día
lunes, octubre 31
miércoles, octubre 26
La carta de amor. El juego de "La Poderosa"
Para RSE
Siempre me ha sido difícil saber a ciencia cierta qué es el amor (tú, que me conoces tan bien, podrías completar que me es difícil saber a ciencia cierta qué es casi todo), pero más arduo me parece pensar en qué se convierte el amor entre dos personas que llevan mucho tiempo juntas. Hay quienes dicen que en costumbre, que en compañerismo; que con el tiempo, esa persona que duerme a tu lado es como una vieja amistad. Aún aceptando que la pasión se acaba o por lo menos se atempera muchísimo, me sigo preguntando a dónde vuelan las mariposas de los primeros meses que nos rebullen en el estómago; esa determinación que nos hace pensar "no es importante" cuando hay que ceder en algunas cosas.
Y en esa tónica de pensamiento me pregunto cuántos de todos estos días que hemos estado juntos te he amado, cuántos me has amado. Cuántos de ellos un gesto mío o tuyo le robó para siempre una porción a nuestro amor; cuántas acciones han sembrado nuevas semillas en nuestro jardín. Y de ellas ¿cuáles crecerán? ¿se convertirán en álamos o en espinos? Sé que cuando hemos cruzado por eriales y por abismos nos hemos sostenido, unas veces tú a mí, otras yo a ti, otras nos hemos agarrado del aire mientras nos consolamos mutuamente. Por ese lado la fortaleza está segura. Pero en el día a día se cifra el peligro; no en los dragones, no en las sequías. En la sonrisa que olvidamos prodigar hoy, en el descuido de ayer, en las cosas que se hacen o se dejan de hacer por costumbre, sin pensarlo.
Hoy, por ejemplo, me sorprendí cantando y me di cuenta de que ya había olvidado el placer de cantar. También recordé que hace mucho tiempo que no te digo que te amo. TE AMO, y mientras escribo esta carta las mariposas revolotean y pugnan por salírseme, transparentes, de los ojos. Te amo aunque fumes en ayunas, aunque no creas en las cosas en las que creo, aunque te niegues sistemáticamente a salir con mis amigos. Te amo porque te empeñas en mantener tu individualidad y me ayudas a conservar la mía, porque no piensas que dejé de amarte cuando se me olvida hacer algo que me pediste, porque cedes en lo que sabes importante para mí y no en mis caprichos.
A veces quisiera tener más tiempo para compartir entre semana, pero también sé que es importante que cada uno siembre en su parcela, que a fin de cuentas es la parcela común. Me gusta lo que tenemos juntos, más allá del tú o del yo. Me gustan los sábados o domingos de desayuno, periódico y café; las comidas con película y el cigarro de la noche. Me gustan nuestras mañanas robadas a la mañana y las noches de postfarra. Me gusta que me enseñes lo que sabes y que me preguntes de lo que sé. Me gusta saber qué esperar, no porque seas predecible, sino porque me dices cuando hago algo que no te agrada. Me gusta sentirme segura en tus brazos y saber que yo también te puedo proteger.
Quiero que sigamos así, construyéndonos todos los días, descubriendo juntos en qué se convierte el amor entre dos personas que han compartido sus vidas durante mucho tiempo.
domingo, octubre 23
¡Otro juego!
Esta vez se trata de escribir una carta de amor o desamor, a cualquier personaje real o ficticio, del pasado, presente o futuro; hombre, mujer, animal o quimera y publicarla el miércoles 26 de octubre en el blog de cada quien.
Para ver instrucciones completas, consultar a "La Poderosa".
Para ver instrucciones completas, consultar a "La Poderosa".
viernes, octubre 21
Kermesse literaria
Dicen los del Ateneo Mexicano que es un festejo mundial. Dicen que se trata de festejar a la palabra, sacarla de su contexto; moverle el tapete, pues. Dicen que va a haber susurradores y globos de palabras, dicen que va a estar el Tigre Famélico ¡enjaulado! Yo, como Santo Tomás: hasta no ver...
El sábado 22 de octubre a partir de la 1 de la tarde, en la Plaza de Santo Domingo del Centro Histórico de esta Ciudad. Ahí mero enfrente de donde se murió de amor Manuel Acuña, de la casa de campaña de la Santa Inquisición y a los pies de la Corregidora de Querétaro.
¡A echar las letras a la calle!
miércoles, octubre 19
Del jardín de Oscar Cid
Habrá que llenarnos el cuerpo de tierra, hasta el tope, hasta el moco, embarnecernos, y esperar que nos crezca un árbol, flores, maizales; en los maizales huitlacoches y en las flores avispas; y el árbol... en el árbol zenzontles (y de vez en cuando prestar nuetras ramas para colgar esas cosas que se llaman columpios...)
http://www.lumbre-culebra.blogspot.com
http://sehadetenidounpajaroenelaire.blogspot.com/
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martes, octubre 18
Va de nuez, pero no es lo mismo
domingo, octubre 16
Es que tú no sabes...
Se cayó de un segundo piso, agarrado a una reja que se desprendió con su peso. ¿No sabes que pudiste haberte matado? Sí, contestó contrito. Muchos días después, pasado el susto y el enojo, a la misma pregunta responde: No me maté porque Dios me quiere. Dice él, que en sus 18 años no ha recibido educación religiosa alguna.
La semana pasada, tapando un pase en el recreo ("descanso", porque recreo es de los chiquitos), se fracturó un dedo de la mano derecha. Un miedo que parece estar midiendo las posibles consecuencias del accidente previo, le atempera el mal humor de ser absolutamente dependiente de los demás. Está asombrado y asustado por la fragilidad del cuerpo.
Entonces, en las prisas matutinas, responde al apuro: Lo que pasa es que tú no sabes lo que es estar roto... y que Dios ya no te quiera.
La semana pasada, tapando un pase en el recreo ("descanso", porque recreo es de los chiquitos), se fracturó un dedo de la mano derecha. Un miedo que parece estar midiendo las posibles consecuencias del accidente previo, le atempera el mal humor de ser absolutamente dependiente de los demás. Está asombrado y asustado por la fragilidad del cuerpo.
Entonces, en las prisas matutinas, responde al apuro: Lo que pasa es que tú no sabes lo que es estar roto... y que Dios ya no te quiera.
lunes, octubre 10
9
¿Quién puede soportar cuatro velas
velando a una rosa?
¿Quién puede soportar una mano
arrastrada por el río
cuando iba a alcanzar a otra mano?
¿Quién puede soportar un temblor
en el rostro consagrado de un muerto?
¿Quién puede soportar un tumulto
en el pozo de una noche sin dios?
¿Quién puede soportar que algo termine
mientras todo lo demás continúa?
¿Quién puede soportar el contrapunto
de esta música negra
y estos silencios blancos?
Quien pueda soportar
que pase al frente.
¿Pero al frente de qué?
velando a una rosa?
¿Quién puede soportar una mano
arrastrada por el río
cuando iba a alcanzar a otra mano?
¿Quién puede soportar un temblor
en el rostro consagrado de un muerto?
¿Quién puede soportar un tumulto
en el pozo de una noche sin dios?
¿Quién puede soportar que algo termine
mientras todo lo demás continúa?
¿Quién puede soportar el contrapunto
de esta música negra
y estos silencios blancos?
Quien pueda soportar
que pase al frente.
¿Pero al frente de qué?
Roberto Juarroz
Sexta Poesía Vertical
1975
viernes, octubre 7
El juego de Bito
El destino, con esos juegos retorcidos en los que es maestro, nos había puesto otra vez frente a frente. Los primeros días no pudieron ser más incómodos… aquella historia… la despedida... tantos años… Pero no podíamos esquivarnos por más tiempo, después de todo siempre nos divertimos mucho juntos. Así que un café acá, una cerveza allá, siempre en la seguridad que dan las multitudes, hasta este momento…
Otra vez estoy en sus brazos, pero para mí las cosas son tan distintas… Sé que en ese entonces lo busqué con insistencia, después de todo era yo tan joven e inexperta… y él me enseñó cosas tan fundamentales. Ahora, entre sus brazos después de tanto, caigo en la cuenta de que lo sigo buscando, de que me encanta cómo se acoplan nuestros cuerpos, cómo comparten el mismo ritmo, la cadencia, de que el mundo desaparece alrededor de este placer delicadísimo.
Me basta abrir los ojos para encontrar en sus pupilas el eco de nuestros jadeos y prometerme que este será nuestro último baile.
Otra vez estoy en sus brazos, pero para mí las cosas son tan distintas… Sé que en ese entonces lo busqué con insistencia, después de todo era yo tan joven e inexperta… y él me enseñó cosas tan fundamentales. Ahora, entre sus brazos después de tanto, caigo en la cuenta de que lo sigo buscando, de que me encanta cómo se acoplan nuestros cuerpos, cómo comparten el mismo ritmo, la cadencia, de que el mundo desaparece alrededor de este placer delicadísimo.
Me basta abrir los ojos para encontrar en sus pupilas el eco de nuestros jadeos y prometerme que este será nuestro último baile.
martes, octubre 4
Tarros y cenizas
En un buceo absolutamente irresponsable por la blogósfera, dada la cantidad de trabajo que tengo pendiente, encontré un grupo de bloggeros y un juego que me redimen por completo. Échenle un ojo, a ver si se apuntan:
Con barro en los zapatos.
Con barro en los zapatos.
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