martes, mayo 31

Desconcierto

No quieren salir, no quieren.
Más bien
sí.
Se mueren de ganas
se asoman entre bambalinas
y se agolpan
se empujan
se ríen.
Pobrecitas
mis palabras
con sus piruetas tan torpes
con sus tutús arrugados.
Ya aprenderán.
Aprenderán.

sábado, mayo 28

En construcción

Hace unos días andaba clickeando por la Web. A ver qué hay aquí, qué allá, dizque buscando inspiración para un trabajo de la escuela, pero más bien en disfrute indolente de la inercia, del magnetismo, de esa sensación de infinidad que dan los enlaces en la red. Cuando me recuperé por completo del viaje virtual y me acomodé en mí misma, caí en la cuenta de la cantidad de enlaces que daban a callejones sin salida: casi todos con información que no tenía nada que ver con el anzuelo del link o con la leyenda, en once estilos diferentes, en construcción.
Aunque esta situación no era privativa de sitios mexicanos, sí lo era en una apabullante mayoría (¡chin...!). Y como pasa con estas cosas de la computadora, cuando salí de la casa me dí cuenta que, en efecto, gran parte de los enlaces dan a sitios en construcción, temporalmente fuera de línea por actualización o de plano con información del año de la canica. Ahí estaba el policía de la esquina, flamante liga a la Justicia y el Orden, la Oficina del recién encontrado Poder Legislativo, la estrategia presidencial en un spot de radio, la Facultad de Filosofía y Letras (ahora pienso en la fortuna de no haberme acordado en ese momento de la de Ciencias Políticas o del Blogg del Tona).
Ya había desenvuelto sus alas mi paranoia y construía una interminable lista de donde no se salvaban intelectuales y culturatos cuando me aterrizó una actualizadísima voz: "Hasta aquí llego seño" (el hipervínculo ponía "Se va a bajar o qué"). Agarré mis chivas y me bajé en Infínitum. Benditos sean los peseros. Ellos nunca estarán en construcción.

miércoles, mayo 25

Fin del posmodernismo

Ese fue el arrullo con el que emprendí mi viaje al país de Morfeo. Envalentonada por el interesantísimo artículo de Oscar y por las innumerables reseñas de innumerables publicaciones, me empeciné en entender de qué va todo eso de la muerte del mundo Occidental como lo conocemos y me sumergí en la sección principal de Replicante. Mala idea. No porque los artículos sean malos (el dedicado a Cabrera Infante sí me pareció un poquitín forzado), sino porque he estado nadando en aguas, digamos, menos turbulentas.
Me descubrí vieja, conservadora, egoísta, mediatizada, culpable, inerte y desahuciada. Prácticamente todo lo que hago o no hago contribuye con el enemigo; es más, hay cosas que no hago que me convierten en el enemigo. Tampoco es que tengo muy claro qué es, pero es. Por ahí hasta haber dado de alta un Blogg me convierte en víctima o promotora del individualismo y la fragmentación.
¡Zas! Seguro voy a tener pesadillas, pensé durante una fracción de segundo con el ceño fruncido mientras sentía la revista deslizarse de mis manos.
Y no, mira tú, a no ser por el preparativo de elecciones en la UNAM, el resto del escenario fue de lo más placentero. Lo último que recuerdo es un muchachito de piel tibia que insistía en tomarme fotos con su celular.
En el transcurso de la mañana descubrí que me gustan las ideas expresadas con palabras de madera y de agua, las orgánicas, las tangibles o refrescantes; que el lenguaje metálico me duele y el aéreo no lo entiendo. Que en algún lugar de mi cuerpo está muy presente el abismo en cuya orilla vivimos y que, sin embargo, me niego a vivir angustiada.
El que se angustia pierde y a mí me gusta ganar. Tampoco me queda muy claro qué, pero indudablemente me gusta.

domingo, mayo 22

Siglo XVIII

"Política viene de la voz griega que significa ciudad, de donde se infiere que su verdadero sentido es la ciencia de gobernar los pueblos, y que los políticos son aquellos que están en semejantes encargos o, por lo menos, en carrrera de llegar a estar en ellos. Pero han usurpado este nombre algunos sujetos que se hayan muy lejos de verse en tal situación ni merecer tal respeto.
Políticos de esta segunda especie son unos hombres que de noche no sueñan y de día no piensan sino en hacer fortuna por cuantos medios se ofrezcan. Las tres potencias del alma racional y los cinco sentidos del cuerpo humano se reducen a una desmesurada ambición en semejantes hombres (...). Para ellos, todo inferior es un esclavo, todo igual un enemigo, todo superior un tirano (...).
Creen muchos de éstos que la mala intención puede suplir al talento, a la viveza, y al demás conjunto que se ven en muchos libros, pero en pocas personas."
Cartas marruecas, José Cadalso.

sábado, mayo 21

Siglo XIX

Te llamas liberal y despreocupado y el día que te apoderes del látigo azotarás como te han azotado. Mariano José de Larra

domingo, mayo 15

"Oiremos en los sueños atabales sagrados..."

Beltenebrós dice:
De veras lo siento.
Tuve un sueño extraño el jueves. Algo tiene que ver, por que estabas tú y parecía el taller
Beltenebrós dice:
bien raro
Beltenebrós dice:
Yo no lo conocía bien, pero se me quedó grabado
Beltenebrós dice:
en el sueño yo intentaba reanimar a alguien
Beltenebrós dice:
y sabía que no iba a despertar
María Luisa dice:
Y sin embargo, ayer parecía que despertaba en cualquier momento.
Beltenebrós dice:
La cuestión es que me miraba con unos ojos muy extraños
Beltenebrós dice:
como muy plácidos
Beltenebrós dice:
después empecé a racionalizar lo que estaba soñando y me desepere primero, antes de que el miedo me hiciera despertar.
Beltenebrós dice:
Sensación rara
María Luisa dice:
Debe ser muy raro.
Beltenebrós dice:
será la memoria colectiva. ¿Quieres ver lo que escribí sobre ese sueño?
María Luisa dice:
¡Por favor!
Beltenebrós dice:
Tararea unas notas
se incomoda
por las caries en
su cepillo de dientes
cierra los ojos
ancla su humana humanidad
en la silla que gotea
edípico sin madre
descorcha una botella
con mal genio
estornuda
nasal hematoma
resucita su miocardio
y en la euforia del retorno
por segunda vez
en una sola vida
muere.

sábado, mayo 14

Platico contigo cuando no estás...


Bicho, originally uploaded by Lo-que-serA.

A Tenoch lo conocí­ un dí­a que andaba por el Centro con Iseo. Lo topamos en el café Emir (creo) y lo primero que pensé es que estaba medio loco porque no paraba de reírse. Me seguí­ encontrando con él aquí y allá, casi siempre allá en la casa de Raquel, como el día que llegó con plantas de sávila o el otro que nos llevó fruta de su jardín, y casi sin sentirlo se fue tejiendo un lazo. Porque así­ era el Cuau, te
cosí­a a su costado con una delicadeza!... Nos visitaba seguido, a donde se reuniera Cardo, y siempre llegaba con una sonrisa y algo entre manos: plantas, dibujos, artesaní­a, proyectos.
Un día me invitó a comer, esperó paciente frente al panteón de San Gregorio Atlapulco, bajo la lluvia, los muchos minutos que llegué tarde, y me recibió con una sonrisa. Fuimos a su casa y me enseñó sus talleres ¡qué armoní­a, señor!... Estaba trabajando en unos mandalas que le encargó Tania y me platicaba entusiasmado las posibilidades de formas y color. Me prestó unos discos del Mago de Oz, me entregó una cajita grabada que le pedí­ dí­as antes y nos fuimos a comer en un bicitaxi a Milpa Alta.
No fue la última vez que nos vimos. No recuerdo cuándo fue la última vez que nos vimos. "Nos llamamos ¿no? cuí­date", "Órale. Tú también".
Nos estamos viendo, Tenoch.

sábado, mayo 7

Me vino siguiendo, ¿me puedo quedar con él?

El sábado pasado llevé a unos amigos a conocer el centro de la Ciudad. En realidad, cada vez que llevo a alguien soy yo la que va conociendo el centro de la Ciudad. Y ahí vamos, caminando y desayunando y caminando y entrando a una iglesia y caminando y tomando café y caminando y tomando jugo y caminando y entrando a una iglesia y caminando y... doce horas, un desfile, una vecindad, seis iglesias, un alma en pena cargando un diablito, tres museos, un mercado, cinco murales, siete concheros con indio rubio y doncella, una cantina, muchas calles, muchísima gente y yo creo que entre tanto caminar y cruzar y descruzar puertas, cruzamos algún umbral que todo lo hace centrohistórico. O a lo mejor en tanto cruzar y descruzar miradas, cambiamos pupilas con algún mago de esa Calculta mexica y él esté enloquecido ahora mirando programas culturales por todos lados, mientras a mí, desde entonces, todo lo que veo se me centrohistoriza.

domingo, mayo 1

Para echar a perder el fútbol

La naturaleza no tiene historia, aunque trascurra en el tiempo. La existencia sí, porque ella misma es histórica (...) Temporalidad significa aquí que los momentos del tiempo, pasado, presente y futuro, se imbrican, se entrelazan y no se suceden: pasado y futuro son presentes. El hacerse del vivir humano implica, pues, que se es el pasado (y el futuro). La historia no es, por tanto, algo en lo que estemos, sino algo que somos (Ramón Rodríguez García, Heidegger y la crisis de la época moderna, Madrid, Cincel, 1987, p. 80).