jueves, junio 23

Carta al Congreso

Señor legislador, señora legisladora:

Soy una ciudadana mexicana de cuarenta años. Me tocó presenciar el costo que ha significado para nuestro país avanzar en el fortalecimiento de su democracia, todavía imperfecta, pero funcional. Me tocó vivir el quiebre del 88, que hizo ineludible la construcción de un organismo ciudadano para organizar y vigilar las elecciones, y con ello avanzar en la consolidación de la relación de confianza entre gobernados y gobernantes. Me ha tocado vivir en carne propia el arribo de la llamada alternancia del poder, que no es sino lo que supone la democracia: el acceso al poder para todas las fuerzas electorales, en condiciones de igualdad. Sin embargo, me ha tocado también presenciar su descomposición, cómo ha crecido la distancia entre los ciudadanos y los partidos, entre el gobierno y la sociedad, entre los "políticos" y la política. Flaco favor se hacen ignorando a la ciudadanía, que con sus impuestos financia sueldos, oficinas y asesores. Afuera de San Lázaro la vida sigue: ustedes no le son imprescindibles. La sociedad, sin embargo, sí es imprescindible para ustedes, para la permanencia de las instituciones que les han dado cabida y sustento. Es un asunto de decencia, de ética y hasta de pragmatismo. Señores legisladores: en el resguardo de sus intereses le están asestando las últimas puñaladas a la gallina de los huevos de oro. No la gente y su ignorancia: ustedes.

Reforma Política Ya. Nombramiento de Consejeros Electorales Ciudadanos. No más simulación. #Noconmisimpuestos

Atenta, respetuosa y esperanzadamente: Yo

PD. Por cierto: En el resguardo de sus intereses también son cómplices de los horrores de los últimos años, inflingidos por la pobreza, la corrupción, la impunidad... Ah, sí. Y el crimen organizado.