domingo, febrero 9

Ay de mí con La Coincidencia
ya sabes, una cocina, una jardín, una familia
un rostro que he visto dos veces y creo haber imaginados por siglos
su boca me va contando mi historia

Me miro aterrada queriendo mirarlo otra vez otra vez otra vez
en vilo, tanteando el abismo
me siento caer rodar desmembrarme entender

No es su rostro sino el rostro
el gran espejo vacío en que mi mano encuentra de pronto mi mano
atónita
están pelados los nudillos, las uñas rotas, pero es mi mano
están los hombros descoyuntados pero son los míos
y aún estando de rodillas siento mis pies

Ay de mí con La Coincidencia
me enseñaba el bosque y yo abrazaba el árbol