Me voy quedando sin palabras.
Nos quedamos sin palabras.
No hay novedad.
Todo se ha dicho,
se ha sentido todo.
Crímenes y proezas son solamente covers gastados.
Debo sacarme la cordura.
Debemos sacarnos esta cordura
que es conformismo
comodidad
conservación
cobardía.
Pasmo vestido de velocidad.
Debo arrancar.
Debemos arrancar las baratijas,
buscar los huesos de la historia
reveladores.
Hay que morir y aprender otra vez
a caminar
a hablar
a vivir.
Me quedo sin palabras.
No hay nada nuevo.
sábado, mayo 17
martes, mayo 13
Gracias por la ley antitabaco
Por Marco Rascón
El artículo completo aquí
Gracias a esta ley diseñada y aplicada mecánicamente en imitación a las legislación estadunidense que preparó a sus ciudadanos a lo largo de 10 años, hoy los establecimientos mercantiles abiertos al público, principalmente restaurantes, bares, cafés, cantinas en el Distrito Federal, están libres de humo, pero no de cocaína, metanfetaminas, tachas.
A un mes de promulgada la ley contra los fumadores las terrazas de los restaurantes en la vía pública están saturadas y con listas de espera, mientras las mesas de los no fumadores están vacías, reduciendo la capacidad de los establecimientos en más de 50 por ciento.
El artículo completo aquí
sábado, mayo 10
Se cocina lento, el adiós;
como al descuido,
como de espaldas.
Se incorporan dos o tres malos momentos
reposados,
algunas menudencias;
se condimenta con cualquier otra cosa.
Una vez listo,
se piensa en llamar al otro a la mesa;
pero empezamos a probarlo,
lo apuramos
a solas
a grandes cucharadas.
Servimos el último plato
frío y apuradamente,
y ya solo imaginamos el desconcierto
del otro comensal.
El adiós se cocina lento.
Debería prepararse al alimón.
como al descuido,
como de espaldas.
Se incorporan dos o tres malos momentos
reposados,
algunas menudencias;
se condimenta con cualquier otra cosa.
Una vez listo,
se piensa en llamar al otro a la mesa;
pero empezamos a probarlo,
lo apuramos
a solas
a grandes cucharadas.
Servimos el último plato
frío y apuradamente,
y ya solo imaginamos el desconcierto
del otro comensal.
El adiós se cocina lento.
Debería prepararse al alimón.
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