De poder elegir, habría dejado mi cuerpo atravesado en la silla,
como la toalla húmeda,
como el pantalón de ayer.
No me mires.
Esa agua turbia en mis ojos
la dureza en los labios
la angustia de la garganta
no sé a quién le pertenecen.
Mías son las lágrimas
pero no la rabia.
10 comentarios:
Mi querida Maria Luisa, yo no soy nadie para decirlo desde la técnica. Este poema es bellísimo en su dureza. Pero no eres tú. Por eso lo digo desde el corazón: No, no, no te puedo imaginar así. Tuyas sólo las lágrimas: Verdad.
Te quiero mi dulce amiga
Me gustó mucho, diablos, que rabia, si la rabia se siente, entonces ya nada es igual... Y las lágrimas...
Guóralesss!!!
Yo también quisiera partirme así, como tú forma de partirte en dos.
Me gusta, Maria Luisa, me sigue gustando. Tanto que te perdono que te enrabies tanto, aunque te desconozca.
Me alegra haber descubierto tu blog, es un poema precioso.
Mi Lety: Es que se me hace que me creció un Mr. Hyde. Me creció porque yo sabía que andaba por ahí, pero era chiquito y bastaba un par de maldiciones solita en la regadera para alimentarlo y poder darle rienda suelta al Dr. Jekyll. Ahora habrá que dejarlo salir de cuando en cuando.
Te mando un besito, dulce como tú.
Bros: Y sí. A veces la rabia reclama su lugar y solo se puede decir "¿mía? no, si yo ni la conozco"
;(
Buttercup: el placer es recíproco. Realmente espero que nos sigamos encontrando, en su casa o en la mía, que es también la suya. Saludos.
Me encanto.
Hiciste de la angustia una belleza poética.
Pero no dejes que te acose la lluvia, cómprate un paraguas. ;)
Muchas gracias, querido Chipotle, pero los paraguas son tan imprácticos y tan poco elegantes... además la lluvia te acosa de todas maneras. Cuando llueve es como si también te lloviera dentro ¿te has fijado?
Oye me ha entusiasmado, es precioso.
Gracias Sinmas, por la visita y por las palabras. Seguro nos seguiremos encontrando.
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