martes, diciembre 18

"Crees que puedes abarcarlo todo, ir a donde te dé la gana, decidir miles de cosas desde dentro de ti, y luego no puedes, no descansas, sólo vives atento a no pegarte contra las esquinas de los demás, del tiempo, de los muebles, de las máquinas, a que no te peguen el trastazo, como cuando va uno montado en los autos de choque de la verbena. Y te parce que has ido donde has querido y que has hecho lo que te ha dado la gana, pero no, todo se reduce a andar zarandeado de tumbo en tumbo, a evitar esquinas y leyes y llamadas, a elegir entre las mil alternativas con que te tienta el mundo movedizo..., ¿cómo podrá estar tan asentado y ser tan movedizo al mismo tiempo?... Lo sientes ineludible encima de ti, forzándote a experimentar placeres, emociones y odios que son como agua contaminada; te aturde con preguntas, te acorrala con consejos, ¿qué piensas?, ¿a dónde vamos?, a qué hora terminas?, date prisa, defínete (...)".

La reina de las nieves
Carmen Martín Gaite

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Uhmmm, definirse es ponerse bolas de concreto en los tobillos o tobillos pateándote las bolas comosi fueran de concreto... no!!! me niego.

besos

Lahetaira dijo...

Pues es lo que tiene, andar por la vida dando tumbos y luego dándole forma a posteriori, tratando de que parezca coherente.

Cuando lo único que nos mueve es el fuego.

fgiucich dijo...

Así es el vaiven de la vida. Abrazos y Felicidades.

Lo-que-serA dijo...

Exacto, Kartak. En este mundo tan movedizo capaz que empieza uno definiéndose y acaba indefinido. Beso, señor.

Aunque hay de tumbos a tumbos, Furtiva. Unos que nos llevan a un sueño y otros que descalabran. Pero sí, el fuego...

Así es, pues qué más. Abrazos, Fguicich.