jueves, diciembre 6

In memoriam

La tumba es el final de la jornada,
porque en la tumba es donde queda muerta
la llama en nuestro espíritu encerrada.

Pero en esa mansión a cuya puerta
se extingue nuestro aliento, hay otro aliento
que de nuevo a la vida nos despierta.

Allí acaban la fuerza y el talento,
allí acaban los goces y los males
allí acaban la fe y el sentimiento.

Allí acaban los lazos terrenales,
y mezclados el sabio y el idiota
se hunden en la región de los iguales.

Pero allí donde el ánimo se agota
y perece la máquina, alli mismo
el ser que muere es otro ser que brota.

Ante un cadáver (fragmento)
Manuel Acuña
(Saltillo, 1849 - Cd. de México, 6 de diciembre de 1873)

1 comentario:

fgiucich dijo...

Allí se acaba la vida y empieza otra. Abrazos.