Ese día una partícula cósmica no remontó su órbita. Pudo ser cosa de un segundo. Sin embargo, a millones de kilómetros luz de distancia, alguien supo de repente que debía vaciar su armario todo, incluyendo los estantes superiores. Que debía despedirse, desvestirse y rasurar su cabeza. Pudo ser cosa de un segundo, sin embargo, a millones de kilómetros luz.