domingo, julio 27

De memoria me la sé:
la mirada, la conversación, la risa,
siempre la risa,
compartir la ciudad y la noche
la cercanía, un roce, un sonrojo,
la sorpresa, siempre también
el encanto suspendido a dos centímetros del suelo
la mano el abrazo el beso
las manos los abrazos los besos
la piel el sudor la piel

Cierro los ojos, paladeo
esta risa aquella cercanía
el mismo sonrojo
el encanto un poco menos espumoso
aquel abrazo esas manos sus besos
y la piel piel

Es cosa de afinar el sazón:
besos, dulces y desbocados,
el abrazo acunador, continente,
cierto olor en cierto punto del cuello
caricias a discresión
la temperatura de esa respiración en ese sitio de mi nuca
un ligero temblor de manos.

Y reposo, ya se cuaje, ya se corte.
Y calma, un bocado a la vez.
Y temporadas de ayuno.

De memoria me la sé.
Salivo.

1 comentario:

Armando Ayala dijo...

De nuevo por aquí. No para nada más que regresar a este diario. Apenas hoy regreso y veo tus palabras y me parecen extraordinarias.