Nadie saldrá herido de esta playa donde los cangrejos gastan alas de mariposa
y sueños alcancía
multitonales.
Nadie saldrá herido mientras las islas se hacen penínsulas y las tardes continentes.
No importa que el alboroto se instale junto a su silencio
que el vendaval irrumpa en sus cajones;
ambos se marcharán de puntitas
con su carga de letras
de semillas
de relámpagos y truenos.
Nadie saldrá herido porque las calles,
las ventanas rotas,
el piso de los suicidas,
los trenes desahuciados
y la cal
.--------------..............................¡la cal!
se vuelven sonido
y los globos son inmortales en las manos de los niños.
Nadie saldrá herido
aunque el mar se calle en mi ventana
y los barcos naveguen lejos de sí mismos.
No.
Nadie saldrá herido.
Porque todo cabe en los sueños
y en las palabras.
9 comentarios:
Nadie, que nadie salga de aquí hasta que se compruebe señores que nadie tiene un rasguño siquiera,...permiso...em...permiso...
Caray Maria Luisa me dejaste no atónita porque tú eres capaz de esto y más, no; me dejaste sin respiración ante la belleza tangible de tus palabras.
Mujeres y niños, primero.
Suena como a las playas de Ephemeris, el mar del olvido, y suena también a un lugar de juegos interminables. Así que ahora sobreviene una nostalgia por un lugar donde nunca se ha estado...
...y al mismo tiempo suena tan familiar.
Muchos saludos.
Recordé esa definición de Gonzalo Rojas: "La palabra, abolición del suceso". Yo agregaría que la palabra es una nostalgia de lo que se describe. Qué triste.-
te extraña el
eco)
.....eco))
...........eco)))
..............eco)))))
Alboroto y Silencio se ahogan en la playa, no más, el vendaval distrae a todos, a los niños, los truenos a los suicidas que intentarán seguirlos.
Siempre, siempre, siempre alguien sale herido. Y ésa es la maravilla, porque de las heridas nacen de nuevo las ganas de cicatrizar, y de crecer más allá de esa herida.
Me gustó mucho tu poema. Un abrazo cronopio.
Híjole Dra., entonces estamos condenados a permanecer aquí para siempre. :)
Lety, siempre tan bondadosa. Te agradezco, amiga, tus palabras de aliento. A ver qué sale de esta voz.
Iván: Mujeres y niños, primero gastan alas de mariposa y sueños alcancía, multitonales?
Míster Hamlet: No conozco las playas de Ephemeris, que de pronto (aunque no tenga nada que ver) me sonó a "efímero". Es curioso, en esta playa, la de los cangrejos alados, habitan recuerdos que no son míos. Capaz por ahí andaba alguno suyo. ;)
Perplejo: Más que triste es como una nostalgia gozosa... ¿saudade, le dicen los brasileros? O su eco. Gracias por la visita, sobre todo por darme chance de descubrir su blog. Ahí nos encontraremos seguido.
Que no me extrañe, querida. Me es imprescindible.
Es que el Silencio guarda relámpagos en sus cajones; para eso la distracción. ;)
¡Ah1 Las heridas de donde crecen cosas, incluso cicatrices... si me hieren, quiero que sea con esas heridas. Gracias, Xime, por recordármelo. Gracias también por tu visita y más agradecimientos por el Refugio recién encontrado. Yo, todavía no sé qué soy.
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