miércoles, octubre 19

Del jardín de Oscar Cid

Habrá que llenarnos el cuerpo de tierra, hasta el tope, hasta el moco, embarnecernos, y esperar que nos crezca un árbol, flores, maizales; en los maizales huitlacoches y en las flores avispas; y el árbol... en el árbol zenzontles (y de vez en cuando prestar nuetras ramas para colgar esas cosas que se llaman columpios...)

http://www.lumbre-culebra.blogspot.com
http://sehadetenidounpajaroenelaire.blogspot.com/

8 comentarios:

Lety Ricardez dijo...

Con lo que me gustan los columpios y con lo que me gusta mi hijo también.
Gracias Doña Maria Luisa por quererlo mil besos para tí.

Bito dijo...

Estaría bien hacer eso... quizás así se nos resolvieran muchas y paralizadoras dudas.

Bito dijo...

Y habrá que visitar esos jardines, por supuesto.

Dra. Kleine dijo...

con todo esto que me transporta...ahhh que padre!!

Un saludote nena linda!

Tristán dijo...

:D

Y me cae que no duele.

Es de a poco el crecimiento, no duele. Cuando más, cosquillas.

Cosquillas no más.

:D

Un gran beso, lo que será.

Lo-que-serA dijo...

Árboles, columpios e hijos como el de usted deberían ser derechos inalienables de todo ser humano. ;) Besos, mi Lety.

Bito: La convivencia, aunque sea virtual, con gente como este muchacho Oscar y como usted mismo, equivale a tener zenzontles en las ramas. Gracias por su visita.

Dra. Klein: La hemos estado esperando. A ver si a Oaxaca sí nos acompaña. Saludos.

¡Ay, querido Tristán, qué bueno que es columpiarse debajo de tu follaje! ;) Besos.

Lety Ricardez dijo...

Me enajena tu respuesta y ya me cayó bien Bito, me marcho a conocerlo. Besos

Tristán dijo...

Tanto amor y yo dejando
dejando
dejando
dejando.

Disculpas eternas por la vineteada y la kermess :C