Los retazos de tierra que se preservan en las calles de la ciudad son una auténtica delicia para engalanar la mirada. Se cultivan ahí jardines y también son estrechas reservaciones para tribus de árboles de tronco espigado. A veces cuando llueve leve o cuando está a punto de anochecer, el color de la tierra se tiñe de un matiz elegante en serio. Una vez, alrededor de las seis de la tarde, alguien arrojó una cubetada de agua hacia la corteza de un joven eucalipto, y pareció como si de súbito, con ese simple acto, le hubiera dibujado una sombra. Era, en efecto, la sombra de agua del árbol.
El Tigre Famélico
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En lo que el Tigre Famélico abre su blog, este espacio se verá ataviado con sus Textos lunáticos.
1 comentario:
El color de este texto, feroz, verde tierno como las grafías con las que está estampado en el escritorio virtual del Blog, premonizan una primavera adelantada en los corazones herrumbrados.
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