lunes, julio 21

Híjole güera, me dijo, se me hace que ya le perdió la pasión a la lectura. Intenté defenderme infructuosa, evidente y penosamente. Y es que sí, hace rato que no encuentro un libro que me desvele, así, como un mal de amores o un amor de los buenos. También es cierto que traigo la pasión un poco distráida, así: distráida. Ya saben: esquiva, huidiza, extraviadona. Yo digo que es que ando medio cansada y la pasión necesita de dónde. Otra yo dice que soy más bien cobarde y otra yo más dice que la burra no era arisca y aún otra retoba y entonces cada una mis yos se pierde en su argumentación particular sin volver a juntarse para llegar a ninguna conclusión ni publicar ninguna memoria. Quién sabe. Puede ser también que me he vuelto demasiado cauta y pocas cosas ahuyentan a la pasión como la cautela. Y pocas cosas ahuyentan tanto como la pasión. Pero... ah, claro, empecé hablando de libros. El caso es que sí, hace rato que no encuentro un libro, así, desvelador.

3 comentarios:

fgiucich dijo...

Tal vez "La sombra del viento" de Carlos Ruiz Zafón o "La Montaña del alma" de Gao Xingjan; quizás "La chica del trombón" de Anonio Skarmeta. Abrazos.

Eric Uribares dijo...

jijijijijiji

era broma¡¡ yo y mis frases lapidarias¡¡¡ nomás lo dije porque no te gustó Bolaño¡¡ jajajaja

vaya a la librería y compre a la Nothomb, "El sabotaje amoroso" ande¡¡ aproveche cuando salga a comer¡¡

Silencio dijo...

ni me diga a mi porque ni leo, ni escribo... debe ser que a veces la pasión se debe ocupar en otras cosas, como la piel, como el aroma, como las cartas de amor con la mirada

y mando besos y besos y besos y disculpas por no contestar su comentario, ya sabe que yo no soy así

otro beso