martes, septiembre 30

Se siente en un punto preciso del hombro
y nadie sabe
si es allá lejos
o si ocurre a la vuelta de la esquina.

Se siente
y es preciso
pero nadie sabe
y salimos a la calle como otros días
y el hombro grita
pero hay que llegar
y atender.

Es preciso
se siente en el hombro
la órbita que salió de su curso
un segundo,
el segundo que salvó
o que condenó
a la vuelta de la esquina.

Es preciso,
se siente,
pero nadie sabe.

2 comentarios:

fgiucich dijo...

El punto que nos saca el sueño. Abrazos.

Rigdrol dijo...

Te saludo Mariluisa, aunque mucho grite el agorero.
No han sido jornadas ni reformas, a juzgar por mi vagabundo: Penélopo.
Le caían gordos mis consuelos, allá con su mirada larga, en el horizonte azul otoñero.
Y es que duelen los puntos en el cuerpo, cómo no, yo me acuerdo; unas comillas, que estuvieron apostrofando mi existencia hasta morir un febrero.
Me laten mucho tus escritos.
Tan. Tan. Tan. Tan casuales. Tan rítmicos.
Ojalá pronto te empiecen a pagar por escribir sobre unas largas vacaciones en Chombi.