Memorias de una diletante
Era el martes 13 de junio del 2000. Seguramente ni cuenta me di en ese momento del inicio cabalístico, porque para entonces casi todo en mi vida era mala suerte. “El que hace del pan su paraíso, hace de su hambre el infierno” escribió hace mucho tiempo Antonio Porchia y cuando lo leí, tiempo después de ese martes 13, me reí de muy buena gana, porque en esos infiernos andaba. En fin. Raquel Olvera me ha salvado la vida en diversas ocasiones y su invitación a que asistiera al taller de poesía “Cardo” fue otra vez providencial. No solo había logrado sacarme de mi entierro voluntario; me inició en esta locura a la que no he sucumbido porque me defiendo como gato bocarriba y me cosió para siempre en el alma el espíritu del taller. Ahí llegaba yo a su departamento en Coyoacán, todos los martes, con mi cara de susto y casi sin sentirlo se me fue acomodando la vida. Ahí conocí a Nora Carrillo, Ninett Torres, Xavier Villareal, Oscar Cid, Oscar de Pablo, Mauro Ramírez, Tonatiuh Mar; también a Lety Ricardez, que era compañera del taller a distancia, pues vive en la ciudad de Oaxaca. Tenían ya algunos meses trabajando.
Bueno, pues. A lo que te truje. Mi primer apunte: Nicanor Parra (1914) “Mi posición es ésta: / el poeta no cumple su palabra / si no cambia el nombre de las cosas...” y ahí habría querido cambiarme por otra, porque cuando Raquel nos puso un ejercicio, yo miraba alrededor y veía tanto joven poeta –y eso que no había leído sus trabajos- y me sentía bastante insegura, la verdad. La siguiente sesión, Edgar Allan Poe y La filosofía de la composición. Presenciamos paso a paso la creación de un poema clásico (El cuervo), la concepción del ambiente, la elección de su longitud , de su color, del desenlace; el control del lenguaje, del ritmo... generoso Edgar. Y un ejercicio para entregar, que no he entregado aún. Otra sesión y Francisco Hernández. Mardonio Sinta nos puso a rimar. Yo creo que aquí empecé a engancharme de verdad; por lo menos, mi cuaderno está lleno de ejercicios después de esa sesión. Leímos un poema de Moneda de tres caras, el que Francisco le escribió a Robert Schuman y me tocó narrarle la clase a Lety Ricardez por internet. Luego, Eduardo Milán, laberíntico risueño, jugador del sentido y la repetición. Otro apunte: “Escribir es no volver la cabeza y preguntar ¿voy bien?”. Seguíamos rimando, haciendo coplas y espinelas. Empecé a alimentarme de lenguaje, de su sonido y su sentido. Supe, por ejemplo, que me gustan las esdrújulas. En otra sesión, Roberto Juarroz, el riguroso, el que escribe el intersticio, el mucho antes y el mucho después; el que (lo supe luego) se quedó sin abismos cuando murió Porchia.
La segunda edición
Jueves 27 de julio del 2000. Primera sesión de lo que habría de ser el Taller de Percepción Poética, en la Casa de la Cultura Tomasa Valdés. Tres preguntas fundamentales: ¿qué es la poesía? ¿qué es la palabra? ¿cuál es la diferencia entre poesía y poema?. Así empezó. A través de Funes, el memorioso, aprendimos la importancia de nombrar. Jueves 3 de agosto, Altazor. Vicente Huidobro, el buscador, el que deconstruye para encontrar. Aquí conocí a Ivonne Mendoza, a Carla Mariana, a Carmen Bassols, a Alma Delia y luego a Fabiola López y a David Borja. Encuentro trabajo y se me pierden cuatro meses de clase. Lo último que recuerdo fue haberle escrito a Lety Ricardez: “siento cómo los engranajes del aparato burocrático van dando cuenta de mi delicada piel de poeta”. No sé si reir o llorar.
Siguiente apunte, fechado el 23 de enero de 2001. Ivonne: “El poema es la aprensión de la poesía” (falta de ortografía imperdonable la mía, pero así lo escribí). Paz: “El poema es el lugar de encuentro entre la poesía y el hombre”. Deduzco entonces que ya estábamos leyendo El Arco y la Lira y como “a grandes males, malos remedios”, me curo mi prejuicio contra Octavio recetándome a la par Sor Juana Inés de la Cruz o Las Trampas de la Fe. Banquetazo poético, a decir verdad, porque se podrá decir lo que sea, pero pocos son tan claros con el quehacer poético (yo no había leído a Gorostiza, habría que aclarar). Se me atravesó por ahí otra cita: “Además del conocimiento, la emoción, es decir, el sentimiento, es también una manera de penetrar en la verdad de las cosas”; Jacinto Canek. El lenguaje, verso y prosa, el ritmo, la otra orilla... Paz enamora a la musa y la describe enamorada, te toma de la mano y te va llevando cuadro por cuadro en este periplo que nos dejó Salvajes, locos, niños y poetas. Terminé esta segunda etapa como estudiante a distancia y con un par de lecturas en público o cuando menos, con sillas enfrente. Ya me alimentaba de poesía.
Tercera llamada
16 de enero de 2002. Tacubaya y transmutación. Las sesiones serían en la casa de Oscar Torres, en la colonia Roma; el texto, El poeta y la crítica. López Velarde, La suave patria y el romanticismo. César Vallejo, Trilce y la ira de dios. Vicente Huidobro, Altazor y la búsqueda de la esencia. José Gorostiza, Muerte sin fin y la transparencia (y me enamoro, por supuesto). Pablo Neruda, Los versos del capitán y algunos discursos. Luis Cardoza y la poesía que crece desde adentro y las cosas que no existen si no se nombran. José Lezama Lima, ¡ay! y la generosa complejidad. Tres sesiones o más nos llevó desmenuzar a este gigante. Rosario Castellanos y el mito. Roberto Juarroz y la poesía que crea realidad, “porque es la mayor realidad posible”. Jaime Sabines, Tarumba y la sencilla humanez. Fin del libro y el taller continúa. Dolores Castro y la ausencia de ripios, el lenguaje llano. Para entonces, Oscar Torres se nos había ido a Tuxtla Gutiérrez y estábamos salvajeando en el Patio de Sor Juana. Para entonces, ya se habían integrado al taller Roberto Ramos, Azucena Serralde y Román Guzmán, y Teresa Irazaba se daba sus vueltas. Para entonces, mi vida ya está llena de apuntes y pies de poema, que espero algún día andarán.
Junio de 2002. Jorge Luis Borges y su Arte poética. Seis conferencias, seis temas y otras tantas sesiones. Ritmo, imagen, metáfora, épica y dos mas. Raquel Olvera se promete que lo que resta de este año lo dedicaremos a escribir y que el año que entra empezaremos a ver traducciones. Por lo pronto ya nos puso tarea: un ensayo, un heterónimo, poemas crípticos. Ya terminé el ensayo.
Septiembre de 2002.
* * *
El martes 23, a las 19:00 horas, en la Casa del Poeta Ramón López Velarde (Álvaro Obregón No. 73, entre Córdoba y Mérida, Col. Roma), se presenta A la caza de intangibles, de José Antonio Matesanz.
¡Allí nos vemos!
10 comentarios:
Después de terminar la primera etapa en el taller la ciudad hizo crisis en mí. ¿A cien, doscientos kilómetros por hora volaba? Lo disfruté, no dejaba de batir las alas (por lo demás, inexistentes). Sin embargo, los encuentros con Cardo siempre fueron luminosos. Ahora veo con detalle por qué tanta comunión.
Todavía me acuerdo de esa tarde que te conocí.
Fue precisamente con la Filosofía de la Composición, y el pinche cuervo graznándonos "never more" pasar por alto a Edgar Allan Poe. Y creo que así lo hicimos. Tú lo hiciste mejor ;)
Lástima de haber empacado y dejar el depa de Rachel en Coyoacán. Empacado es un decir, porque no me fui. Pero de todos modos lástima de la Tomasa Valdés, de la casa del tocayo Oscar, del Patio de Sor Juana, de la casa de Rachel en Tacubaya, del Café Guardatiempos.
Pero de verdad me acuerdo de esa tarde. Tú te sentías insegura. El que te veía muy grande, lejísimos, enorme, fui yo.
¿No te diste cuenta?
Así, era?
Uy qué lindo, qué lindo! y eramos nosotros.
¡Ay, trío de tres! Estos días de tanta presentación de libros, de tanta vida, de tanta poesía, me gana la nostalgia. Me acuerdo de la sonrisa melancólica de Xavier, de la seriedad concentrada de Tristán (no te creo :)) y de la generosidad de Raquel que siempre hizo de su corazón mi casa y hasta oficio me dio. Me gana la emoción cuando me siento parte de esta magnífica parvada. De veras, me gana.
Saben??
La verdad muero de envidia, de esa buena que dan ganas que a uno lo contagie!.
bellas palabras que salen de todos ustedes. Wuooo
Ay Maria Luisa:
Que hambre y que desnudez la mía al ser la compañera a la distancia. De cuanto me he perdido y así entiendo mi paso lento y cansino. De verdad que envidia de la buena por no haber participado de todas esas sesiones, aunque a cambio de la generosidad de Raquel, tuve semanas enteras de ella, revisando mis escritos hechos casi a ciegas, como el burrito que toca la flauta y acierta... por casualidad.
¿o causalidad? No podía dejar que se desperdiciaran los días de Raquel.
Gracias por compartir estas memorias, por favor síguelo haciendo y dale un abrazo a Amaradás en mi nombre, por supuesto también a Prema.
Espero estar por ahí, con todo y que es territorio tabú para mí (larga historia), pero en todo caso les envio toda mi buena voluntad para que el evento tenga muchisima suerte... y muchas gracias por todo tu apoyo a Lumbrera también.
Seguimos leyendonos
Un abrazo...
¡Qué días aquéllos señor Don Simon!
Algo así he oído que dicen. Pero en verdad, que ha sido una aventura surrealista y hermosa y todo por haber levantado la mano, cuando Brenda, directora entonces de la Tomasa Valdés, preguntó a quién le interesaría tomar un taller de poesía. Es como la historia que contó John Lenon cuando iba por alguna calle, supongo que de Nueva York y se topó con una galería que indudablemente lo invitó a pasar,apreció las esculturas que había y subió por una escalerita,hasta arriba decía "Yes" por eso se quedó, el nombre de la artista Yoko Ono.
Saludos
Ennovy
El lema del gurpo es "No nos queda más remedios, que amarnos los unos a los otros deseperadamente". Lo que cada uno sabe para sus adentros, Klein, es que "solamente desesperados, podemoas amarnos los unos a los otros" :)
Mi Lety, que cuando digo compañera a distancia solamente me refiero a la distancia geográfica, porque estamos TAN cerca.
Hamlet: su espíritu estuvo ahí, organizando la presentación de octubre.
El destino ha sido generoso con nosotros, Ennovy, y en correspondencia, nosotros hemos seguido necios en no separarnos, aunque pasemos tiempo sin vernos.
Amaradás: :*
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