Nos fuimos de Temazcal. Después de una semana negra, el paisaje de las nopaleras en sus terrazas volcánicas y la frescura mañanera del bosque ya eran un buen augurio. Nos recibió en nahuatl, sobrio y amable, don Juan Melo; fuimos por el sendero desde las cactáceas y los pinos y el ocote y los cedros, las plantas medicinales, el sotobosque cuajado de helechos, la incubadora de setas, el teochol, los resumideros, el Camino Real por donde entró Zapata al DF, la lombricomposta, los plantíos de árnica y toronjil y chícharo y haba, el ocopiaxtle, el vivero forestal, el invernadero con setas, las ollas de captación de agua pluvial, una celda solar que abastece la batería que alimentará la computadora, unas inenarrables quesadillas de maíz nativo y el baño seco, hasta uno de los dos temazcales.
Doña Giralda, con sus increíbles 74 años ya nos esperaba con su manojo de pirul, mientras saboreábamos nuestro té de toronjil y nos preparábamos para entrar al seno del iglú de barro. Una vez adentro, doña Giralda le ofreció pulque al temazcal, "Germán", y le pidió que nos tratara bien. Acostados sobre una cama de hierbas, fuimos rameados uno por uno como lo ha hecho desde los 14 años esta mujer impresionante. Y paciente, porque a pesar de que nos la pasamos de cotorreo, solamente al final nos hizo una leve reprimenda: "Ya cállense, porque les va a doler la cabeza".
Después de enjuagarnos, nos esperaba Giovanni afuera con una cobija; nos arropó de pies a cabeza y nos fue acomodando en los petates, para descansar. Se supone que tendríamos que haber dormido, pero escuchábamos a lo lejos el olor de las quesadillas y más cerca los quejidos de la tripa y una vez cubierta la formalidad de yacer entamalados un rato, corrimos a invadir la cocina. Ahí, Silvia y las demás se afanaban en la hornilla sacando carretadas de quesadillas que fuimos enguyendo sin vergüenza, hasta la última hebra de queso, de flor de calabaza, de setas. Agua de jamaica, más té de toronjil y café de la olla ¡ah! y unos traguitos de pulque (:S), bañaron el festín. "La próxima vez que vengan, nos avisan y les preparamos un pollito enchilado con nopales y flor y queso, y una sopita de setas y frijolitos" fue la promesa.
Salimos de ahí cargados de abono orgánico y plantas. Ya de regreso, paramos por nieves, dulces típicos, más plantas y muchas macetas.
Y ni siquiera tuvimos que salir del Distrito Federal.
* * *
En "La Gran Palapa" (Sacacalchicahua), la gente de la comunidad de Santa Ana Tlacotenco, Milpa Alta, ha desarrollado este Centro Ecoturístico que muy orgullosos comparten con los visitantes. La posibilidad de vivir del producto de la tierra, conservando el bosque y su cultura los llevó a trabajar arduamente durante tres años. Ha valido (muchísimo) la pena su esfuerzo.
Así que más que un comercial, esto es un reconocimiento.
Y también un comercial:
"La Gran Palapa", kilómetro 28.5 de la carretera Xochimilco-Oaxtepec.
Teléfonos: 5844-1157 (Pedro Rodríguez) y 5844-4159 (Gabriela Castor).
5 comentarios:
Jeje, Bretón tenía razón... Esto fue en el DF? Deja y me repongo de la impresión. Del gusto de la impresión. Ya ni en Oaxaca City, me cae.
¡Vive lo tuyo!
¡DFiesta en el Distrito Federal!
¡Qué viva el DF, como mothers no!
PD... No, la Lumbre no se muda ;)
Ya toy aquí
I love you
te llamo prontísimo.
besos y besos y besos
Llegué iguanas ranas...y todo porque me perdí de muchos blogs! heme aquiii!
Saludos!
Oiga. Como que va pareciéndose a Tona, eh? Ónde anda.
Y mira que él ya dio señales de vida, eh? No te has dado cuenta?
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