"De puntitas por mi casa caminaba un ratón: No me despierten con gritos, de puntitas es mejor" sonó una voz masculina, suave, en el radio, durante muchas mañanas de mi infancia. Todavía la escucho contar cuentos infantiles fingiendo hadas y dragones, perros y búhos, duendes y chaneques.
El lunes, después de la presentación del libro en Oaxaca, nos enteramos de que Emilio Ebergengy estaba muy enfermo. Hoy anunciaron su muerte.
Quede aquí mi reconocimiento a esa voz cuyo nombre no supe hasta ahora. Quede también mi envidia infantil a los ángeles niños que lo escucharán contarles cuentos.
Descanse en paz.
2 comentarios:
No hay quien te gane en ternura Maria Luisa, eres un amor.
Besos
Tristán:)
Ese piropo es enorme, querida Lety, viniendo de la ternura misma. Luego sigo con el relato de nuestro viaje. Emilio fue, sin saberlo, parte de él. Platícame cómo estuvo tu lectura o sube una crónica a tu blog ;)
Te dejo un beso grande y agradecido.
Publicar un comentario