para Cecilia y Tonatiuh
En la casa de las flores ardemos las piedras,
el agua y yo;
la obscuridad más vieja me aprisiona
me aplasta contra la tierra
pulveriza mi conciencia
en sueños
agotados
agitados.
Un lentísimo despertar
emerger desde el barro
limpia lúcida jubilosa
rosas rosas en la garganta y el pecho.
En el filo de la inconsciencia
un ratoncito asustado me asusta: me río,
el día se ríe conmigo.
Para empezar la búsqueda
para concluirla
vamos a la casa de las cuatro puertas.
4 comentarios:
Ahhhhhh sensación de mi vieja tierra...
Agua a las piedras, todas de mi familia!
Las abuelas de todos, Dra. Sería bueno que viniera a recordar con nosotros.
Ya te platiqué mi primer experiencia en Temazcal, que ganas de ir a uno con ustedes, ¡envidiosos!
Ya vendrás mi Lety. O ya te lo llevaremos a Oaxaca ;)
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