La llama es un estado que no es solido ni liquido ni gaseoso, la llama es la libertad momentanea de componentes de la materia, los saltos que crean luz y calor...
Los dedos igneos son reacción por si mismos, creando reacción en el aire, reacción en todo alrededor.
¡Ay, mi Lety! A veces extraño tanto esa sensación de incorporeidad y placer absoluto. Lo busco, con ahínco, en las letras. Todavía lo busco.
Quisiera que mi voz supiera como el pan de La Huasteca, como el sol que alumbra el nicho que dejó la estatua viajera; que mis letras gastaran la faz del portón frente al puente de piedra. Vespertina.
No, querida y generosa maestra. Todavía no es, pero hace mucho que está queriendo.
O antes del principio, inmateriales, energéticos, vibrantes, bellos.
¡Ay, Amaradás! Qué bonitas palabras. Sé que me cuesta trabajo la entrega; el abandono, que es otra forma de entrega. Sobre todo porque, en buena medida, todavía no sé Lo Que Será. Besos, doctor.
9 comentarios:
La llama es un estado que no es solido ni liquido ni gaseoso, la llama es la libertad momentanea de componentes de la materia, los saltos que crean luz y calor...
Los dedos igneos son reacción por si mismos, creando reacción en el aire, reacción en todo alrededor.
Diablos, de ahi nos vamos a los fuegos fatuos...
hermoso poema amiga, y lo mejor de todo, que te representa, tú no dejas de ser esa libertad momentanea que es luz y calor al mismo tiempo.
De tus muchas voces
la lumbre previa
ceniza de mañana
volcán de pan
horno que incendia
Una llama
corre
libre
en la pradera
jijole
que bien está escribiendo LOQUESERÁ(se me hace que ya es)
Ahí está todo. ¿En la danza permanecemos al rededor del fuego, como era en un principio?
¡Bailarines fuegos fatuos, Silencio! Libertad momentánea, sensación eterna, la danza, también.
¡Ay, mi Lety! A veces extraño tanto esa sensación de incorporeidad y placer absoluto. Lo busco, con ahínco, en las letras. Todavía lo busco.
Quisiera que mi voz supiera como el pan de La Huasteca, como el sol que alumbra el nicho que dejó la estatua viajera; que mis letras gastaran la faz del portón frente al puente de piedra. Vespertina.
No, querida y generosa maestra. Todavía no es, pero hace mucho que está queriendo.
O antes del principio, inmateriales, energéticos, vibrantes, bellos.
¡Ay, Amaradás! Qué bonitas palabras. Sé que me cuesta trabajo la entrega; el abandono, que es otra forma de entrega. Sobre todo porque, en buena medida, todavía no sé Lo Que Será.
Besos, doctor.
Muy chido el poema.
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