No te vayas aún
que me falta cantar la gracia de los tepozanes
y todavía yacen un par de cuerpos en el lecho
cubiertos de limo.
No he dicho la comezón que me dan las muñecas,
lo mucho que añoro un pedazo de jardín
y competir con la lluvia
desde mi ventana.
Empiezan a sonar los ecos agudos del resumidero
y yo todavía no encuentro en la entraña
la profundidad de tu cauce.
9 comentarios:
Me ha encantado. He recordado la palabra "comezón" hace años que no la oía, precioso.
Un beso.
Qué buena... súplica a esa voz que se pierde...
Ay Maria Luisa, que gusto me da que ahora no andes de avara y nos regales estas delicias. Estoy feliz, feliz, feliz de leerte y de la belleza de tus palabras
Comezón es una palabra que me encanta, Sinmás. Sobre todo, la saciada. Un beso.
Se pierde, Bito, qué le vamos a hacer. Hasta encontrarla de nuevo. Saludos.
¡Ay, mi Lety! Ha sido como una ráfaga de airecito tibio para mí también. Pero siento que no dura. Un abrazo contentísimo.
querida... querida...
si acudes al ansia loca de ello sabrás que a veces la cosquilla gana a la comezón.
seguir, seguir que yo me embelezo!
Cuidado con la comezón en las muñecas. Nunca me han gustado demasiado los que se rascan con cuchillos o vidrios...
Besos y abrazos cronopios.
Le gana, Klein querida. Ya luego nomás quedan los recuerdos. Abrazo viernecino.
Yo no conozco a ninguno. Dicen por ahí que están muertos. Abrazo, Xime.
la profundidad de su cause sólo en su entraña
Cuando hay entraña, querida. Porque a veces como si no hubiera y entonces ni al cauce. Quiero decir: ni al caso.
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