Ya estoy de regreso en la escuela después de un semestre tirado por la borda, gozosa e irresponsablemente. Se acabó la pachanga y la dulce vida en las nubes. Así que habrá por aquí menos poesía y más... no sé qué. O tal vez no haya menos; es imposible sustraerse a la delicia de las palabras en cascada. Siempre me pasa eso de crearme expectativas y luego asfixiarme de frustración, como dicen algunos, al pedo. Capaz lo único que tengo que hacer es encontrarle su lugar a cada cosa: un lugar a la prosa de todos los días, otro a la poesía de todos los días y uno más a la vida de todos los días. Voy a buscar clases de malabarismo.
Por lo pronto, ayer me la pasé buscando infructuosamente dos libros en las bibliotecas de la Universidad y en las librerías del entorno, y solamente encontré uno de ellos en la Feria Internacional del Libro después de recorrer y preguntar con cara de angustia en muchos de los estands: "¿Seguro que no lo tiene? Esque lo necesito para el lunes". Patético, la verdad. Pero lo encontré y ahora estoy un libro menos intranquila para mi clase de mañana. Porque hoy repetí la experiencia: me lancé a mediodía a la Biblioteca Central, con la ubicación exacta de otros dos libros... otra vez en balde (esa expresión de mi abuela me encanta). ¿Cuántos ejemplares habrá por cada libro? ¿Avisarán los profesores a las bibliotecas de los libros que pretenden pedir en cada curso para que los escondan en la semana clave? ¡Ah, la Universidad! Qué bueno es estar de vuelta.
Para despedir este post inusualmente prosaico, excepción hecha de los primeros n meses de este blog, comparto una joya que encontré en uno de los libros que insistieron en acompañarme a casa:
DOMINGO
Me siento solo como un dedo al que le faltara mano.
El domingo es un híbrido, un animal con pies
de sábado y cabeza de lunes,
tierra de nadie que respira aburrimiento, comidas
familiares.
Es un juego de cartas donde no se arriesga, música
con sordina, sobremesa.
El domingo es anacrónico, corre despacio por miedo
al despeñadero,
al infarto del lunes, al infierno; en el domingo
los audaces se juegan más que la semana.
El domingo es un día por decreto oficial, un falso día.
El domingo amanece tarde y anochece temprano, es un
crepúsculo precoz, entre paredes, pesado.
Antonio Deltoro
12 comentarios:
Bello. Gracias por compartir algunos poemas que te llegan a las manos. Enhorabuena por el empiezo de tus cursos universitarios. Pienso que después de un lapso de distanciamiento, en ocasiones, se hace emocionante. Las ideas vuelven amenas y pue que tus comentarios sean más incoherentes que antes. ;)
Y se supone que debemos conmovernos?
Felicitarte?
Qué pena nos da tu caso :) :) :)
Es más emocionante, sin duda. Y sí, mis compañero son más incoherentes que antes: a algunos hasta empiezo a caerles bien ;) Abrazo, Citoyen.
Nada, nene; no tienes que hacer nada, salvo seguir siendo bello. Ya me extrañarás en la pachanga, cabrón! :D
Me quiero morir en domingo
Esos días siempre me recuerdan el final de los viajes, donde mis padres eran otra vez mis padres y no los jefes de campamento o expedición, donde mis amigos se iban cada uno a su casa, donde dejo a alguien en la entrada de su casa, donde el amante del fin de semana se va a su casa y en general donde todo termina para dar inicio a la semana.
Bueno esas vineteadas serán de algunas horas y no más ¿OK?
El poema: un domingo acertado. Ya encontrarás el libro que te falta y el esfuerzo, como dice tu abuela, no será en balde. Abrazos.
Muchos ánimos, que falta te harán :-)
Estas buscando secuaces que se apiaden de tu desgarrador post y te extiendan una mano para sacarte de tus hábitos universitarios? Olvidalo, hacete cargo de tus incoherencias...
PD: feliz día M-U-J-E-R!!
Si, de algunas horas. Menos de 24, espero ;) Yo no me quiero morir en domingo. Yo no me quiero morir. Punto.
Finalmente no lo encontré, Fgiucich, así que ya ni la angustia. A este poeta no lo había leído y estoy entusiasmada. Un abrazo.
Gracias, Sinmás; ya sé que también lo puedo buscar en su casa ;)
No, no. Ningún secuaz busco. Hacete el duro, nene. También tú me vas a extrañar :D
Yo ya desde cuando
¿Desde cuándo qué, querida? :S
Nada de prosaico este post, muero de envidia por tus experiencias universitarias y disfruto también del poema.
Además, como siempre, te quiero.
Nada de prosaico, es de lo que están hechos los poemas, de lo cotidiano.
Y respecto al domingo, ya sentía algo así, pero claro, siempre llega otro y lo expresa.
Así es la vida de caprichosa... como dice una canción
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