miércoles, abril 19

La delicia del viento en la cara es una desgracia para los barcos
que prefieren el frescor en sus grandes nucas
en sus albas trenzas.

Si la frente cabecea habrá que hacer amplias maniobras
avanzar de costado y en el extremo virar el timón casi en redondo
bordando diagonales encontradas.

Esto, por supuesto, si marineros en embarcación a vela…

que es como usualmente navegamos
por la vida.

3 comentarios:

Lety Ricardez dijo...

Hermosa Maria Luisa, me gusta leerte y ando atrasada, no he podido salir como debo, pero me pondré al corriente hoy

Silencio dijo...

El viento se mueve por las nucas en pequeños remolinos, las velas son como válvulas que dejan pasar el vital movimiento de los gases y partículas que no se encuentran en el mar, el viento los lleva y también los mata pero el saber que puede ser o no ser es lo que el marinero al fin y al cabo ansía, seguir con la incertidumbre esa es la idea.

Lo-que-serA dijo...

No te preocupes mi Lety. Supongo que debes andar corriendo, como yo. Te dejo un besito lunático.

Esos pequeños remolinos del viento en la nuca, señor, nos hace, sin más, seguir A la incertidumbre. :)
Besos.