Ama tus ojos que pueden ver,
tu mente que puede oír la música,
el trueno de las alas,
ama al cisne salvaje.
Robinsons Jeffers
tu mente que puede oír la música,
el trueno de las alas,
ama al cisne salvaje.
Robinsons Jeffers
No intentes posar tus manos sobre su inocente
cuello (hasta la más suave caricia le parecería el
brutal manejo del vértigo).
No intentes susurrarle tu amor o tus penas
(tu voz lo asustaría como un trueno en la mitad de la noche).
No remuevas el agua de la laguna no respires.
Para ser tuyo tendría que morir.
Confórmate con su salvaje lejanía
con su ajena belleza
(si vuelve la cabeza escóndete entre la hierba).
No rompas el hechizo de esta tarde de verano.
Trágate tu amor imposible.
Ámalo libre.
Ama el modo en que ignora que tú existes.
Ama al cisne salvaje.
Luis Rogelio Nogueras
2 comentarios:
Es, también, amar a la libertad. Abrazos.
Así es, Fgiucich. Suena bello, pero resulta que es muy difícil. Abrazos.
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