Traen la memoria, pero para recuperarla deben tirar cada anillo que trae su historia, sería deseable que fueramos iguales, que para recordar el día que nacimos, tuvieramos que tocar y despojar cada recuerdo, tirarlo y olvidarlo, olvidar que significa odiar, amar, olvidar inclusive, que todo quede en inocencia, esa que los árboles no pierden.
Los árboles son soberbios, si recuerdan pero les gusta dejar lamentos en el suelo, la hoja no muere no palidece, ellos la dejan morir,para dar paso a una nueva, que tal vez no es tan malo, dejar morir algo para dar paso a lo nuevo, aunque reciben su merecido pues en las llamas de la hoguera los recuerdos dispersos y fragmentados arden y se mezclan con los lamentos, y recuerdos, de los condenados.
Andreas: Culpables, sí señor, que le vamos a hacer. Culpables como todos los voyeurs. Paguemos la primera chela, todo sea por brindar con los dioses.
Ashavari: Por eso hay que caminar con mucho cuidado, casi de oído, diría yo. Me gusta cómo suenan los recuerdos.
Yo creo que así es la memoria de los árboles, mi Rach. La nuestra a veces es incolora. Beso, querida mía.
No creo que para conservar la inocencia haya que deshacerse de los recuerdos, Silencio. Se trata solamente de dejarlos que tomen su debido lugar: el pasado. Salú, señor.
¡Válgame, Eduardo, con esas imágenes que pinta usted hasta ganas dan de volverse pirómano! Salud, Terrible.
Yo creo, mi Lety, que así volarían si los dejáramos. Pero a veces los aferramos con afán...
Mercuriales, aunque distintas, no cabe duda. Ya sabes que mi tema preferido son los sueños que se encuentran, de alguna forma, con los recuerdos. Besitos, Ennovy.
8 comentarios:
Me gustarían mucho más esas alfombras si no fueran tan resbaladizas...
primero palidecen y luego se sonrojan. ¿así es la memoria?
Traen la memoria, pero para recuperarla deben tirar cada anillo que trae su historia, sería deseable que fueramos iguales, que para recordar el día que nacimos, tuvieramos que tocar y despojar cada recuerdo, tirarlo y olvidarlo, olvidar que significa odiar, amar, olvidar inclusive, que todo quede en inocencia, esa que los árboles no pierden.
Salú
Los árboles son soberbios, si recuerdan pero les gusta dejar lamentos en el suelo, la hoja no muere no palidece, ellos la dejan morir,para dar paso a una nueva, que tal vez no es tan malo, dejar morir algo para dar paso a lo nuevo, aunque reciben su merecido pues en las llamas de la hoguera los recuerdos dispersos y fragmentados arden y se mezclan con los lamentos, y recuerdos, de los condenados.
Salud también
si así volaran los recuerdos, sobre todos los difíciles, lanzados como hojas al viento, o como alfombra susurrante, que felices seríamos.
Andreas: Culpables, sí señor, que le vamos a hacer. Culpables como todos los voyeurs. Paguemos la primera chela, todo sea por brindar con los dioses.
Ashavari: Por eso hay que caminar con mucho cuidado, casi de oído, diría yo. Me gusta cómo suenan los recuerdos.
Yo creo que así es la memoria de los árboles, mi Rach. La nuestra a veces es incolora. Beso, querida mía.
No creo que para conservar la inocencia haya que deshacerse de los recuerdos, Silencio. Se trata solamente de dejarlos que tomen su debido lugar: el pasado. Salú, señor.
¡Válgame, Eduardo, con esas imágenes que pinta usted hasta ganas dan de volverse pirómano! Salud, Terrible.
Yo creo, mi Lety, que así volarían si los dejáramos. Pero a veces los aferramos con afán...
Sin embargo los recuerdos son tramposos porque no son fieles, cuando llegan a nuestra memoria ya están matizados por emociones.
Me gusta ese tema, de los recuerdos, por ello recomiendo ampliamente la película Amnesia
Mercuriales, aunque distintas, no cabe duda. Ya sabes que mi tema preferido son los sueños que se encuentran, de alguna forma, con los recuerdos.
Besitos, Ennovy.
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