sábado, diciembre 6
lunes, noviembre 17
Fulgurita
estremecida
se descubre
de pronto
navegable.
Despiertan las sirenas
de sus cuerdas
fósiles;
tienden sedales para pescar
a la luna.
Ese instante
cataclismo
abraza las sustancias:
un rayo la ha surcado.
Oculta queda en su seno
.......................................enmedulada
la caricia
terrible
de la luz.
jueves, noviembre 6
Desde el estupor
El martes 4 de noviembre, en Estados Unidos, Barack Obama ganó en las urnas la presidencia de su país. Ese mismo día, en mi país, se desplomó un avión en el que viajaba el Secretario de Gobernación y el extitular de la SIEDO, con otras siete personas; el accidente cobró dos vidas más y alrededor de 40 heridos entre los transeúntes y automovilistas de la zona donde cayó el aparato.
Por supuesto que las fuentes oficiales declaran que fue un accidente, que fue un “error humano”; sin embargo, en la mente de todos se asienta la convicicón de que fue un atentado. Hay muchas teorías del origen de la agresión. Gravitan alrededor los sucesos recientes en torno a la guerra contra el narco, así como el jaloneo alrededor de la reforma de PEMEX.
Lo que realmente me sigue impresionando es que nada sucede. Todo pasa, y nada sucede. Hace meses que el país vive en medio de una guerra, que hay ciudades donde la gente se ha autoimpuesto un estado de sitio, de reclusión, por el peligro real que significa salir a la calle.
¿Por qué no estamos tomando las calles para gritarle un ¡ya basta! al crimen organizado? Haya estado o no detrás del accidente aéreo, está detrás de cada uno de los miles de cuerpos cada vez más mutilados que aparecen a lo largo del país.
Nada sucede. Nos vamos quedando en nuestras casas, mirando el estúpido espot de Televisa que dice que el corazón de los mexicanos es más grande que cualquier crisis financiera. ¿Cuál corazón? Nos vamos convirtiendo en una sociedad de autistas.
Todo pasa. Nada sucede.
martes, septiembre 30
y nadie sabe
si es allá lejos
o si ocurre a la vuelta de la esquina.
Se siente
y es preciso
pero nadie sabe
y salimos a la calle como otros días
y el hombro grita
pero hay que llegar
y atender.
Es preciso
se siente en el hombro
la órbita que salió de su curso
un segundo,
el segundo que salvó
o que condenó
a la vuelta de la esquina.
Es preciso,
se siente,
pero nadie sabe.
lunes, septiembre 22
jueves, septiembre 11
1973
martes, septiembre 9
Océano mar
Alessandro Baricco
domingo, agosto 31
y el mar mudó
después de cantar
siglos
el adiós a su cauce.
Corren las aguas
heridas aún en un costado;
se demoran apenas
memoriosas
en la luna de los peces amarillos,
bullen recordando el mar
en brazos del mar,
las múltiples mareas
luminosas
y la altura del acantilado.
No hay ciudades,
no hay muros que no quepan en una hoja;
un techo para los días de lluvia,
una hamaca de brazos
en el ayuno.
Nunca más puertas y cerraduras,
ni la gota aletargada
en la cabeza
de los días.
Suena el fragor de la ola
en el sótano
sin ventanas
de un baúl.
No,
no hay ciudades.
Tampoco queda mar.
lunes, agosto 25
Libromancia
Si una noche de invierno un viajero, Italo Calvino
viernes, agosto 22
¿Cómo se hacía? ¿Se cortaban todas las hojas desde el principio, o se abrían mientras avanzaba la lectura? ¿Se sentía esta misma emoción, de ritual, de guiar el movimiento con un recuerdo heredado?
Hubiera querido tener un escritorio de madera, una pluma de ganso y un cortaplumas de plata, para hacerle honor, fetichista, a ese viejo libro viejo.
jueves, agosto 14
Juro que solamente lo pronuncié,
seria frente a mí misma,
después le sonreí al espejo.
(No forzaré la coincidencia)
Y luego la placidez de mi cintura en su brazo
y esta polilla
naftalina
que me bulle en las entrañas.
(No forzaré la coincidencia)
Que sean, pues,
dos cosas distintas.
(No forzaré la coincidencia)
martes, agosto 5
que sabes que de tí hablo
cuando el amarillo y las nubes
cuando los peces
y los árboles
y cuando la vida me tiene de regreso
volteo y sonrío
y aún
todavía lloro.
De tí hablo un poco
cuando el luto y cuando los adioses
y si quiero enamorarme.
Hablo de tí.
Del destilado de vida
dos tragos a la semana
ocho meses
(gran calle de la ciudad a la izquierda
media cuadra
generalmente cuarto piso
sin vista a la plaza)
De tí hablo cuando las manos
pero no
cuando piernas y palabras
pero no.
De tí hablo
de tí
hablo
que ya no existes.
lunes, julio 21
martes, julio 15
jueves, junio 26
viernes, junio 13
Guiños que me dejan viviendo sin canarios,
sin escobas.
Besos de muerte que mutilan las anginas,
un trozo de piel,
una madre.
Me he dado probadas de muerte
al abordar un camión,
tomando una calle nueva.
Me doy muertecitas de cine,
de aire apenas.
Tendría que probar la muerte a sorbos lentos si humea aún
la vela,
el adiós.
Debo apurar la muerte a bocanadas,
inyectarme muerte en las muñecas,
en las pupilas.
Quiero emprenderla a muerte todos los días,
cada saludo
cada uno de los abrazos.
Concibo la muerte,
la imagino, apenas,
planeo la muerte.
Encuentro la muerte en mis fotos,
respiro muerte
me sé muerta en cada célula.
Hago de todo una sola muerte.
Muero la palabra,
el pensamiento,
muero el sueño,
muero
y muero
hasta tener el vacío
ridículo
de la muerte.
Abro los ojos, miro el techo,
percibo el aire moviendo la cortina.
Siento dos manos,
el pecho,
la cintura,
el sexo,
dos piernas largas.
Siento mi casa.
Voy a habitarme.
viernes, junio 6
sábado, mayo 17
Nos quedamos sin palabras.
No hay novedad.
Todo se ha dicho,
se ha sentido todo.
Crímenes y proezas son solamente covers gastados.
Debo sacarme la cordura.
Debemos sacarnos esta cordura
que es conformismo
comodidad
conservación
cobardía.
Pasmo vestido de velocidad.
Debo arrancar.
Debemos arrancar las baratijas,
buscar los huesos de la historia
reveladores.
Hay que morir y aprender otra vez
a caminar
a hablar
a vivir.
Me quedo sin palabras.
No hay nada nuevo.
martes, mayo 13
Gracias por la ley antitabaco
Gracias a esta ley diseñada y aplicada mecánicamente en imitación a las legislación estadunidense que preparó a sus ciudadanos a lo largo de 10 años, hoy los establecimientos mercantiles abiertos al público, principalmente restaurantes, bares, cafés, cantinas en el Distrito Federal, están libres de humo, pero no de cocaína, metanfetaminas, tachas.
A un mes de promulgada la ley contra los fumadores las terrazas de los restaurantes en la vía pública están saturadas y con listas de espera, mientras las mesas de los no fumadores están vacías, reduciendo la capacidad de los establecimientos en más de 50 por ciento.
El artículo completo aquí
sábado, mayo 10
como al descuido,
como de espaldas.
Se incorporan dos o tres malos momentos
reposados,
algunas menudencias;
se condimenta con cualquier otra cosa.
Una vez listo,
se piensa en llamar al otro a la mesa;
pero empezamos a probarlo,
lo apuramos
a solas
a grandes cucharadas.
Servimos el último plato
frío y apuradamente,
y ya solo imaginamos el desconcierto
del otro comensal.
El adiós se cocina lento.
Debería prepararse al alimón.
domingo, abril 27
domingo, abril 13
Crisálida
enderezo la espalda,
levanto la cabeza.
Recuerdo un siglo caótico
de días,
los sueños tomados por asalto,
el cuerpo triturado
y la conciencia.
Recuerdo no reconocerme
arrastrar las piernas, los oídos;
recuerdo las voces, tantas voces,
zumbándome insidiosas.
Poco a poco me yergo,
me tiembla adentro el silencio
y es que nada es puro;
la oscuridad ni la luz.
No hay pureza
y estas letras están llenas de rabia.
Hay un silencio de claustro,
de juicio mudo.
No hay música, no;
tampoco ruido.
Son aguas que regresan a su cauce
o a uno nuevo,
pero regresan.
Enderezo la espalda,
levanto la cabeza
(ya están secos los ojos).
No todos los capullos
son de seda.
viernes, marzo 14
La máxima abstracción
El culmen del pensamiento abstracto es la matemática. El campo en el que, desde la realidad más real, crecen cifras que pueden significar por sí solas, volar sin alas y anidar en los árboles del pensamiento, y concebir desde ahí universos posibles, ideales, intangibles. El mejor de los mundos.
El culmen del lenguaje, por sí mismo cima de la abstracción, es la poesía. Ese cielo imposible donde se puede escuchar sordo y hablar callado, donde el desayuno es un sol gemelo y los bosques, cúpulas de pájaros. El mejor de los mundos.
Al campo de la matemática y al cielo de la poesía, mejores mundos, se entra por gusto, por voluntad, y, con suerte, puede habitarse en ellos con cierta comodidad; aunque del segundo, la poesía, cuando se pone uno demasiado cómodo, usualmente resulta expulsado. Bien lo dice Carlos de la Cruz en el prólogo de este libro: si la poesía no es toro, es sangre sobre el ruedo.
Y en el vértice originario de esos dos mundos, esta máquina perfecta de ridículo comportamiento: el ser humano. Podría hacer aquí una disquisición sobre la capacidad del hombre de concebir el mejor de los mundos y construir el peor para habitarlo, pero esa es plática de café.
Ese vértice somos, punto de confluencia de otro montón de mundos mejores y desmejores, amalgama de engranes carnados que palpitan y cuyos pálpitos han sido casi todos decretados inmorales o ilegales. Hay que enterrar los pálpitos, los pálpitos son malos, cállense ya pinches pálpitos.
Porque unos pálpitos son síntomas de otra abstracción de abstracciones: el amor, cúspide de la emoción, selva indómita, tumba del razonamiento. Ya lo dijo el maestro Dylan: no se puede amar y ser sabio a la vez. Sigamos, digo yo, muriendo en el intento. Y sí, es también el mejor de los mundos.
Intentando aterrizar este armatoste de abstracciones, quisiera leerles un apunte que atesoro, de puño y letra de Silencio, cuando aún siendo Guillermo y Eduardo, no era todavía el autor de este libro. Estábamos en la plaza de Santo Domingo, en el umbral del micrófono, en lo que sería la primera lectura en público de Guillermo y a la postre semilla de este encuentro festivo.
La convolución dice que cuando dos funciones se combinan dan algo más. Como lo que fuimos. Si mi vida y tu vida se representaran con una ecuación, tal vez te podría explicar, y lo que fue podría simularlo y lo podría ver en una pantalla.
Difícilmente puedo explicar el entusiasmo que significó para mí el encuentro con esta poética, confluencia de mundos mejores. En ese apunte empezaba a escribirse ya este libro, y él, Guillermo, miraba el mundo a través de ecuaciones y gráficas, de funciones, como si un beso, una flor, la lluvia o las lágrimas pudieran representarse en matrices numéricas. Se puede, me dice cada entierro clandestino. Hay curvas para grandes y para chicos: el movimiento pendular de un columpio y de un ahorcado; hipérboles literaria, matemática y sensorial.
De las matemática a la química, a la física cuántica, a la robótica, a la erótica, a la neurótica, a la astronomía, a la mitología, Entierros clandestinos revela una fosa común de pálpitos impúdicos y gozosos, sádicos y masoquistas, pálpitos libérrimos y solitarios, un yoísimo palpitante que no duda frente a ningún umbral y que conoce el infinito en carne propia, y que no acepta la eternidad como parámetro de espera.
Que conste que dije yoísimo y no yoísmo. Este último resulta aburrido, unidimensional, a lo más, cero de dos dimensiones. El yoísimo que palpita en el fondo más abstracto de este clandestino entierro se me figura una de esas funciones que tanto le gustan a Guillermo; una curva de Agnesi, tal vez, área de perímetro infinito.
En este libro, ejemplo demostrativo de los mejores mundos, el autor reconoce que las ecuaciones son irresolubles y que explicarlo todo matemáticamente no resuelve la existencia, muchas veces absurda. En el extremo, Entierros clandestinos es un libro de amor, pálpito vitalísimo alrededor del cual suena la armonía positrónica del Silencio.
martes, marzo 11
lunes, marzo 10
miércoles, febrero 6
Meditaciones en el umbral
No, no es la solución
tirarse bajo un tren como la Ana de Tolstoy
ni apurar el arsénico de Madame Bovary
ni aguardar en los páramos de Ávila la visita
del ángel con venablo
antes de liarse el manto a la cabeza
y comenzar a actuar.
Ni concluir las leyes geométricas, contando
las vigas de la celda de castigo
como lo hizo Sor Juana. No es la solución
escribir, mientras llegan las visitas,
en la sala de estar de la familia Austen
ni encerrarse en el ático
de alguna residencia de la Nueva Inglaterra
y soñar, con la Biblia de los Dickinson,
debajo de una almohada de soltera.
Debe haber otro modo que no se llame Safo
ni Mesalina ni María Egipciaca
ni Magdalena ni Clemencia Isaura.
Otro modo de ser humano y libre.
Otro modo de ser.
Rosario Castellanos
jueves, enero 31
jueves, enero 24
viernes, enero 11
QEPD
Andrés Henestrosa.
miércoles, enero 2
2007 -2008
Este año nace nuevito pero, a diferencia del anterior, no es una hoja en blanco. Hay cuatro bocetos y un gato; mucha ternura (gracias, Erick); un hijo que ahora sí es él mismo, donde quiera que ande; ya no gimen las entrañas y, en cambio, el músculo escuece, y la carne. No hay propósitos, pero sí muchas cosas por hacer y la semilla de otras que quién sabe qué serán.
Bienvenido, año, bienvenido. Felicidad para todos.